Desde el cambio de administración municipal, la situación de la inseguridad pública en vez de mejorar ha recorrido el sendero contrario. Lo peor del caso es que ninguna autoridad se muestra lo suficientemente preocupada como para establecer estrategias que redunden en la contención de la ola delictiva que ha azotado a la ciudad en los últimos años. El común denominador es la falta de responsabilidad.
Según las estadística de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, el número de robos en el primer cuatrimestre de 2010 alcanza los dos mil 50, lo que significa el doble de los delitos que se registraron durante el mismo periodo, pero de 2009. Lo que resulta más preocupante es el incremento que ha tenido el asalto a negocio a mano armada. Si en el mes de enero se reportaron 90 ilícitos con esta característica, para abril la cifra alcanzó los 196. Otro de los rubros que se ha disparado es el de robo a casa-habitación. Según los datos de la corporación, el mes pasado se impuso una nueva marca en este renglón, con 137 incidencias, superando el récord anterior que era de 126, que databa de junio de 2008.
Como muestran la cifras anteriores, el problema no es de soslayarse, más aún cuando es producto de la inoperancia evidente de las fuerzas del orden de los tres niveles de gobierno. La Policía Municipal se enfrenta a una de las peores crisis de su historia, con apenas 154 elementos vigilando las calles, es decir, uno por cada 3 mil 700 ciudadanos, muy lejos de los estándares internacionales. Por su parte, la Policía del Estado, que ha intentado suplir a la Local mientras ésta recluta a más elementos, se ha visto rebasada como consecuencia de sus propias limitaciones de personal y equipo, considerando sobre todo las dimensiones de la entidad que debe vigilar. En cuanto a la Policía Federal, basta decir que desde hace meses abandonó La Laguna para atender a otras regiones de la República.
Ante esta situación, la Iniciativa Privada ha levantado la voz para exigir a las autoridades que se pongan a hacer su trabajo. La semana pasada la Coparmex cuestionó a los regidores de la Comisión de Seguridad Pública la falta de resultados en esta materia. La respuesta de los ediles fue, primero, reproches partidistas, y luego, excusas. Incluso, el presidente de la comisión llegó a decir que “en cuanto la Policía Federal esté nuevamente en Torreón, el Municipio podrá garantizar la seguridad”. Es decir, el mismo discurso del Gobierno del Estado. Y mientras, que los ciudadanos se aguanten, porque tal parece que aquí en Torreón, de la seguridad pública nadie se hace responsable.