Los movimientos en la frente deben ir hacia afuera para 'alisar' las líneas de expresión. Este tipo de movimientos facilitan la absorción de los productos y se pueden utilizar con tratamientos de cualquier marca en casi todas sus presentaciones: crema, gel, mousse o suero.
México, DF.
En 1976, Hubert d'Ornano, en un momento en el que la aromaterapia y la fitoterapia no tenían la fuerza que poseen en la actualidad, creó una firma de belleza con un claro objetivo: hacer de los extractos naturales, obtenidos de flores y plantas, los mejores aliados de la belleza y la cosmética.
Gracias a este concepto, hoy sus cosméticos -Sisley- se encuentran entre los de mayor prestigio del mundo; sin embargo, resultó claro que los ingredientes exigían una aplicación especial, de forma que fueran aprovechados por la piel de la mejor manera, razón por la cual se creó una técnica para lograrlo, la cual, de hecho, funciona para el mejor aprovechamiento de cualquier tratamiento o crema de alta cosmética.
Básicamente, para las cremas y tratamientos faciales existen dos movimientos básicos, pensados en la forma en la que se acomodan los músculos y en un ligero masaje para promover la disminución de las líneas de expresión.
Al primero de ellos se le conoce como alisar, y consiste en depositar el producto en el rostro suavemente y con la punta de los dedos, para que la fórmula penetre en las capas de la piel; al segundo se le llama toques de piano, y se realiza, precisamente, dando ligeros golpecitos a la cara con el producto en la yema de los dedos, para estimular la microcirculación y facilitar la absorción.
DELICIOSO RITUAL Mary Carmen Fierro, esteticista de Sisley, explica que en esta época, en la cual las mujeres tienen un ritmo de vida muy acelerado y disponen de poco tiempo, uno de los propósitos de la marca es hacerles la vida más sencilla, por lo que propone movimientos muy simples para la correcta aplicación de los productos.
"Se necesitan unos instantes para asegurarnos que nuestras cremas y tratamientos estén bien aplicados, que se absorberán rápido y nos aportarán el máximo de sus beneficios. Sólo en ciertos casos se necesita de una aplicación especial, como en el caso de los sueros, que requieren de más suaves palmaditas pero, generalmente, todos los productos se pueden usar con las misma técnicas", apunta la experta.
Mary Carmen explica que para iniciar el ritual diario de belleza, lo primero que se debe aplicar, después de la limpieza, es la crema para el contorno de ojos.
"En la mayoría de los casos, esta delicada zona necesita un tratamiento hidratante y, cuando hay presencia de bolsas, uno que también sea descongestionante para refrescar el rostro", señala.
"La aplicación de la crema se realiza sólo con el dedo anular, porque es el que ejerce menos presión, gracias a lo cual posicionaremos adecuadamente el producto sin lastimar esta área. Se debe iniciar en el nacimiento de la ceja, siguiendo la forma natural de la cuenca ocular, hasta llegar al lagrimal. De esta forma también favorecemos el drenaje linfático de la zona; en cambio, si lo hacemos en sentido contrario, provocaremos que se marquen más las líneas de expresión. Para una adecuada penetración del producto debemos realizar unos tres o cuatro círculos alrededor del ojo".
El siguiente paso de la rutina de belleza consiste en aplicar la crema hidratante, alisándola con la punta de los dedos. No es necesario involucrar ni al pulgar ni a las palmas de las manos.
"Se trabaja del centro hacia afuera", explica la esteticista. "Se debe comenzar en el centro de la cara, en la nariz; para extender el producto y evitar el relajamiento de los músculos, los dedos deben hacer movimientos ascendentes y hacia afuera. Este gesto debe repetirse un par de veces en las mejillas, la frente, los labios y el mentón".
Cuando se tiene un poco más de tiempo, se pueden hacer unos ligeros toques de piano, para estimular la microcirculación y favorecer que se absorba el producto a las capas internas de la piel.
Para continuar, se deben aplicar los productos cosméticos en el escote y el cuello, zonas muy delicadas.
"Se usan los mismos dedos que para el rostro. Se inicia desde en el centro del escote, realizando movimientos ascendentes, hasta llegar al mentón; de ahí, rodeamos el cuello hasta llegar a las cervicales; es importante no quedarse sólo en la parte que vemos en el espejo, el frente.
"Al llegar aquí, vamos a marcar el óvalo facial con los dedos, iniciando en el centro, siguiendo los huesos de la mandíbula, hasta llegar atrás de las orejas. Para ayudar a reafirmar la piel, repetimos dos o tres veces".
Todos los movimientos deben ser suaves. "Se trata de apapacharnos, de consentirnos unos instantes mientras depositamos un producto en nuestra piel, más no de agredirnos. No por friccionar, lastimar o enrojecer la piel vamos a tener mejores resultados", advierte.
El ritual finaliza con el tratamiento especial para la piel que rodea los labios.
"Este paso es fundamental para las mujeres que fuman, porque es ahí donde se marcan las desagradables líneas que se conocen como código de barras.
"Al igual que lo hicimos con la crema de cara, debemos emplear ambas manos (sólo la punta de los dedos). Para contrarrestar las arrugas, empezamos desde centro superior de los labios y vamos rodeando hasta llegar al centro inferior. Se hacen dos o tres círculos.
"Para finalizar, sobre los labios aplicamos un bálsamo nutritivo con ligeros golpecitos para hidratarlos".