Furioso, el presidente Barack Obama analizaba si despedirá a su comandante en Afganistán en un momento difícil del conflicto en ese país y por lo pronto ordenó que el general Stanley McChrystal se presentara en Washington para que explique sus comentarios negativos acerca de sus superiores políticos.
Las quejas de McChrystal sobre su comandante en jefe y los asesores de Obama ponen su empleo en peligro. El vocero de Obama Robert Gibbs dijo que "la magnitud y la seriedad del error son profundas" y se negó a decir si el trabajo de McChrystal estaba fuera de peligro. "Todas las opiniones están sobre la mesa" dijo.
El secretario de Defensa, Robert Gates, dijo que los comentarios del comandante en la revista Rolling Stone eran "distracciones" ante la guerra en Afganistán.
McChrystal se disculpó por su "criterio equivocado". Después partió de Afganistán para presentarse hoy en la Casa Blanca como se lo ordenó Obama.
Se espera que explique sus declaraciones ante el presidente y varios funcionarios del Pentágono, que según dijo Gibbs, quieren ver "qué era lo que estaba pensando" cuando hizo las entrevistas. El vocero del presidente dijo que Obama aceptó la disculpa de McChrystal y creía que se merecía una oportunidad para explicar sus acciones.
El reportaje describe a McChrystal como "decepcionado" tras su primer encuentro con Obama en la Oficina Oval, el despacho presidencial en la Casa Blanca.
McCristal se quejó que Obama le entregara una "posición indefendible" en la guerra, cuando él trataba de que se enviaran más tropas.
Gastan en sobornos
Decenas de millones de dólares al año, procedentes de las arcas del estado de EU, se pagan por extorsión en Afganistán, incluidos insurgentes o a altos cargos corruptos, según la subcomisión de la Cámara Baja.
El informe afirma que "una buena parte" de los 2 mil 160 millones de dólares para transporte terrestre de suministros para las tropas acaba en manos de los "señores de la guerra".
