El presidente de EU, Barack Obama, telefoneó ayer al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, para ofrecerle la ayuda que necesite tras la explosión de un conducto de gas en el barrio residencial de San Bruno, cerca de San Francisco.
Las autoridades investigan todavía las causas de la explosión del pasado jueves, que generó un gran incendio, destruyó casi medio centenar de casas y provocó la muerte de cuatro personas, si bien otras dos no han aparecido y se cree que también fallecieron.
Ante esta tragedia, Obama telefoneó ayer al gobernador para trasladarle sus condolencias por los fallecidos y su deseo de mejora para los heridos, informó la Casa Blanca.
Schwarzenegger, que en el momento de la tragedia se encontraba en el extranjero en misión comercial, agradeció al presidente la colaboración establecida tras el suceso.
Obama prometió al gobernador que el Gobierno Federal prestará toda la ayuda necesaria en la recuperación tras la tragedia.
El alcalde de San Bruno, Jim Ruane, compareció ayer ante la prensa para dar los últimos detalles del suceso. Según dijo, los equipos de rescate siguen rastreando la zona quemada en busca de las dos personas desaparecidas.
De momento se han localizado cuatro cuerpos, pero sólo se han identificado tres, Jacqueline Greig, de 41 años, su hija de trece, Janessa Greig, y la joven de 20 años Jessica Morales.
Otros tres residentes de San Bruno permanecen heridos en una situación crítica con quemaduras de segundo y tercer grado.
El incendio se produjo tras una fuerte explosión en un conducto de gas de la compañía PG&E, que originó un cráter de nueve metros, así como una columna de fuego de casi 100 metros de altura.
La onda expansiva se pudo sentir a varios kilómetros de distancia, hasta el punto de que muchos vecinos la confundieron con un terremoto.