La obesidad central, la que se concentra en el abdomen, es el principal factor de riesgo encontrado para el desarrollo de cáncer de colon.
Una investigación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) concluye que la obesidad, junto con el consumo excesivo de carnes rojas y una vida sedentaria aumentan la posibilidad de desarrollar cáncer de colon.
La obesidad central, la que se concentra en el abdomen, es el principal factor de riesgo encontrado para el desarrollo de cáncer de colon, aseguraron los investigadores.
Sin especificar porcentajes, los médicos indicaron que en México, en los últimos años ha crecido la incidencia y mortalidad del cáncer de colon.
Ante este panorama, refirieron que se realizó una investigación en la que fundamentalmente buscaron establecer los factores de riesgo para el desarrollo de este tipo de cáncer.
Para ello, incluyeron a 160 hombres y mujeres, con un rango de edad de los 50 a los 79 años sin antecedentes del citado cáncer. Inicialmente se les aplicó un cuestionario y además se les realizó un estudio para determinar sangre oculta en el excremento.
En el muestreo quedó de manifiesto que la ya referida obesidad central fue, con un 63.8 por ciento de presencia en las personas estudiadas, el factor de riesgo más importante como disparador del cáncer de colon.
Otro referente importante, fue el relativo a los cambios al evacuar, parámetro que se captó en 97 de los pacientes evaluados, equivalentes al 60.6 por ciento de la muestra.
En tanto que el sedentarismo también se ubicó como un elemento de riesgo para este tipo de cáncer. En este punto los investigadores dijeron que este parámetro se captó en el 60 por ciento de los pacientes estudiados.
Los médicos de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 171 del IMSS señalaron que un alto consumo de carnes rojas, reportado en el 31.9 por ciento del total de sujetos, fue también un hallazgo correlacionado al desarrollo de cáncer de colon.
Los investigadores explicaron que aunque en particular en este rastreo no se encontró con una frecuencia significativa la presencia de sangre en excremento -apenas en el 3.8 por ciento de los sujetos-, la determinación de una herramienta valiosa para diagnosticar esta afección en fases tempranas.
Se trata de un estudio barato que desde el primer nivel de atención, es decir, en las unidades de medicina familiar, se realiza y puede arrojar cierta luz en cuanto a la presencia de patologías intestinales, entre ellas, el cáncer de colon.