Durango

Olvidados en las calles

Negación. Los indigentes se niegan a permanecer en los albergues; en algunas ocasiones van a comer y a bañarse; al siguiente día se van. También abandonan las institituciones médicas, pese a la necesidad.

Negación. Los indigentes se niegan a permanecer en los albergues; en algunas ocasiones van a comer y a bañarse; al siguiente día se van. También abandonan las institituciones médicas, pese a la necesidad.

CYNTHIA HEREDIA

Muchas de las personas en condiciones de indigencia tienen familia, pero no un hogar, ésta se desentendió de ellos e incluso niegan conocerlos, "no tenemos los valores morales y civiles para atenderlos, no los aceptan", reflexionó Gloria Beatriz Domínguez, encargada del Área de Apoyo a Personas en Condiciones de Indigencia del Albergue de la Ciudad.

El albergue tiene el registro a 80 indigentes y 30 están identificados en el centro de la ciudad, en las colonias Constitución, Hipódromo, Luz y Esperanza e Insurgentes.

 ¿QUIÉN ESTÁ EN LA CALLE?

"Algunos tienen familia", comentó Beatriz Domínguez; además, en el Área de Apoyo no han identificado a indigentes con discapacidad, pero sí con trastornos mentales, dato corroborado por Gerardo Herrera, director de Atención al Desarrollo de la Comunidad del DIF Estatal.

No se incluye en el grupo a quienes son pide-dádivas, "el indigente prefiere buscar en el bote de basura algo para comer antes que pedirte dinero", aseveró la entrevistada.

 RESISTENCIA

El DIF Municipal y la Dirección de Protección Civil realizan recorridos permanentes para identificar y ayudar a personas indigentes; cuando logran canalizarlos a los albergues permanecen pocas horas, comen se bañan y al siguiente día desaparecen, "es su estilo de vida, les gusta estar así", analizó Beatriz Domínguez. "Podrá estar nevando o lloviendo y no aceptan ir a los albergues", señaló Gerardo Herrera. La estancia es voluntaria.

 SOCIEDAD

Cuando los indigentes presentan trastornos psicológicos se vuelven "un peligro para la sociedad y para ellos mismos", dijo la experta; también se enfrentan al abandono de su familia. "Dicen no conocerlos", platicó.

"Les tienen asco", subrayó la entrevistada. La gente que transita por las calles se percata de que los indigentes hacen sus necesidades mientras caminan, no buscan un sitio adecuado.

 APOYOS

Los indigentes también abandonan las instituciones médicas a las que los llevan. La especialista mencionó al menos tres individuos identificados, quienes son partícipes de programas de Sedesol o les brinda orientación laboral y aun así continúan como pide-dádivas. "No completo", es la justificación otorgada por las personas.

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