Cumbre. Ayer arrancó la cumbre de la OTAN, misma que continuará el día de hoy en Lisboa, Portugal. En la foto los líderes políticos de 28 miembros de la Alianza Atlántica lograron acuerdos trascendentales.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) tomó ayer una de las decisiones más ambiciosas desde su fundación en 1949 al aprobar un nuevo modelo de actuación en cualquier lugar del mundo y proponer un sistema de defensa antimisiles en colaboración con Rusia, su viejo enemigo.
En la cumbre de dos días inaugurada ayer en Lisboa, los gobernantes de los 28 países miembros de la organización aprobaron el llamado "concepto estratégico" con el que la Alianza reforzará su papel en el siglo XXI.
El documento, de once páginas, sustituye al aprobado en 1999 y abarca desde la reforma de la organización para abaratar costes, hasta su decisión de afrontar los nuevos retos de la seguridad global, como el terrorismo, las ciber-amenazas o la piratería internacional.
Al término del Consejo Atlántico celebrado en la capital lusa el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue quien dio la noticia de que los miembros de la OTAN se habían puesto de acuerdo por primera vez sobre un sistema de defensa antimisiles que cubra todo su territorio y proteja a la población europea y norteamericana.
Tras conocerse extraoficialmente que Alemania y Francia también habían logrado resolver sus diferencias sobre la disuasión nuclear, mal vista por Berlín, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, anunció la aprobación de la nueva estrategia aliada.
La OTAN actuará ahora en cualquier lugar del mundo donde considere que hay una amenaza para los países miembros más allá de sus límites geográficos.
"El mundo cambia, afrontamos nuevas amenazas y nuevos retos -proclamó Rasmussen- y este concepto estratégico asegura que la OTAN sea tan efectiva como siempre en defender nuestra paz y prosperidad".
El político danés explico que la OTAN mantiene su viejo pacto de defensa mutua ante un ataque exterior y tampoco renuncia a la disuasión nuclear mientras en el mundo haya este tipo de armas.
El secretario general de la Alianza también destacó entre los renovados objetivos de la organización, el de ampliar la cooperación con otros países y organismos, e incluso crear un "departamento civil" para que haya "más diálogo y cooperación que nunca".
En esa renovación de la filosofía de la OTAN, que Rasmussen no dudó en calificar de "histórica", el primer paso importante ha sido invitar a Rusia, entre otros posibles socios, a participar en el nuevo modelo del "escudo" anti-misiles, que tanto enfrentó al bloque occidental con Moscú.
La propuesta será formulada hoy durante la cumbre que la OTAN celebra con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, que habría llegado ayer a Lisboa.
La Alianza aclaró no obstante en Lisboa que el proyecto de escudo antimisiles con Rusia no supone desarrollar un único sistema integrado sino hacer compatibles el ruso y el aliado.
Antes de esa reunión, la OTAN celebra una sesión especial sobre Afganistán para aprobar el inicio, a comienzos de 2011, de la transferencia de la seguridad del territorio afgano a sus propias fuerzas en los distritos más tranquilos y seguros del país.
Años de desencuentros
Las relaciones entre Rusia y la OTAN, caracterizadas por los desencuentros, viven una nueva etapa de aproximación que podría culminar hoy en la cumbre de los mandatarios aliados con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en nuevos acuerdos.
El acercamiento entre los antiguos adversarios comenzó en diciembre de 1996, cuando el entonces secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, impulsó una aproximación.
El 27 de mayo de 1997, las relaciones entre Rusia y la OTAN entraron en una nueva etapa al firmarse en París el llamado Acta Fundacional, que dio paso al Consejo Permanente Conjunto constituido por 19 países de la OTAN más Rusia y que puso fin a la Guerra Fría, pero con una finalidad inicialmente consultiva.
Este acuerdo despejó el camino para la ampliación de la Alianza hacia el Este de Europa, lo que fue siempre un punto de fricción con el Kremlin, receloso de la entrada en la OTAN de sus antiguos socios.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EU impulsaron el acercamiento, de forma que el 28 de mayo de 2002 la OTAN y Rusia firmaron en la localidad de Pratica di Mare, cercana a Roma, un histórico acuerdo (la Declaración de Roma) por el que se creó un Consejo integrado por veinte países, con la prioridad de luchar conjuntamente contra el terrorismo internacional.
Este consejo sustituyó al Consejo Permanente Conjunto, conocido como "19 + 1" o "19 contra 1", de mayo de 1997. El acuerdo puso las bases para que Rusia se sentara en la misma mesa con los 19 países de la OTAN con voz y voto, pero sin derecho de veto y dio la posibilidad de observar desde dentro la ampliación al Este de la Alianza.
Obtienen apoyo
El presidente de EU, Barack Obama, recibió ayer el apoyo de la OTAN para conseguir la ratificación del nuevo tratado START de desarme nuclear con Rusia, estancado en el Senado y que los aliados consideran esencial para la seguridad de Europa.
En una rueda de prensa al término de la primera sesión de trabajo de la cumbre de la OTAN en Lisboa, el secretario general de la Alianza, el danés Anders Fogh Rasmussen, aseguró que "el nuevo START contribuirá a la seguridad en toda la zona euroatlántica". "Lamentaríamos profundamente que la ratificación del acuerdo se viera retrasada. Una dilación sería perjudicial para la seguridad en Europa", indicó Rasmussen, quien lanzó un llamamiento "a todas las partes implicadas a hacer cuanto esté en su mano para garantizar la seguridad del tratado". Además, el ministro de Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, aseguró que la ratificación "fortalecerá la seguridad de Europa, y la de nuestro país", fronterizo con Rusia.
Las declaraciones del secretario general representan un claro respaldo a Obama, que lucha por conseguir la ratificación del acuerdo que firmó en abril en Praga junto a su par ruso, Dmitri Medvédev, antes de que concluya la actual legislatura en enero.