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Otra niñez

Del columpio al wii, cómo ser un niño en el nuevo milenio

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Crecer en la década de los ochenta y en los primeros años del dos mil no es lo mismo. Los niños de hoy nunca han oído hablar del Atari o de Mazinger Z y los ahora treintañeros desconocen el PSP y al peronaje de Naruto. Ambas generaciones conocen al Chavo del 8, pero los más jóvenes prefieren la serie animada.

En lo que todos coinciden es que la niñez es la etapa más divertida de su vida.

Un chico tecnológico y responsable Un chico tecnológico y responsable

A sus 10 años, Emmanuel sabe qué hacer en caso de una balacera. Explica que cuando se oyen los disparos debe ocultarse en su cuarto y tirarse al suelo, por eso sólo puede jugar con sus amigos en la cancha de su colonia, siempre cerca de su casa.

"Me han dicho que tenga cuidado, no me dejan salir porque anda muy fea la cosa, porque pueden venir los policías y haber disparos", cuenta.

Pero él no deja de divertirse, al regresar de clases y todos los fines de semana sale a andar en bicicleta, a jugar a "las escondidas" o a "la traes" y a veces no entra a casa hasta que su mamá va por él o le habla al celular. En la escuela participa en "carreritas" con sus compañeros y en competencias de canicas, además está en el equipo de futbol.

A Emmanuel le gustaría ser futbolista, admira a Vuoso y a Carlos Ochoa, pero cuando crezca será médico. "Si alguien de la familia se enferma lo podré curar y dar consejos, como futbolista, no", explica.

El mundo en sus manos

Es un niño responsable, sabe que será el ejemplo de su hermano menor, Emiliano, quien tan sólo tiene 7 meses, por eso trata de portarse bien y es especialmente cuidadoso con algunos juguetes, los que dará a su hermanito cuando crezca. Uno de ellos es su PSP (Play Station Portable), el mejor regalo que ha recibido, "después de Emiliano", aclara.

En el cesto donde guarda su ropa interior oculta el PSP para evitar que su mamá lo confisque. Desde hace un año tiene la consola, él ahorró 2 mil 500 pesos y el resto lo puso su familia. Con el dinero que junta de su "domingo" se compró los dos discos que tiene, cada uno le costó 700 pesos. De tres a dos horas diarias disfruta de su juguete favorito.

"Lo escondo para que no me lo quiten, hace mucho jugaba más, ya no, pero siguen diciendo que juego. Antes no hacía la tarea por jugar", explica.

En el PSP tiene juegos, fotos, música y videos, además puede conectarse en el Messenger para platicar con los amigos de la escuela, quienes son sus únicos contactos.

A pesar de toda la tecnología, dice que para hacer la tarea prefiere consultar en libros, le parece que es más rápido a esperar que se carguen las páginas en Internet.

Quiere un cambio

Le gusta leer, principalmente las historietas de Mafalda que le dio su mamá. "Guille" es su personaje favorito porque no sabe hablar y le causa risa, pero coincide con Mafalda en que debe terminar la violencia.

Para él, una solución es que los adultos hagan caso a lo que dicen los niños.

"Los malos tienen hijos. Los niños les dirían a sus papás: 'Está mal lo que estás haciendo', entonces ellos dejarían la maldad y serían buenos. Sería diferente el mundo, sería mejor".

A sus 10 años, Emmanuel sabe qué hacer en caso de una balacera. Explica que cuando se oyen los disparos debe ocultarse en su cuarto y tirarse al suelo, por eso sólo puede jugar con sus amigos en la cancha de su colonia, siempre cerca de su casa.

"Me han dicho que tenga cuidado, no me dejan salir porque anda muy fea la cosa, porque pueden venir los policías y haber disparos", cuenta.

Pero él no deja de divertirse, al regresar de clases y todos los fines de semana sale a andar en bicicleta, a jugar a "las escondidas" o a "la traes" y a veces no entra a casa hasta que su mamá va por él o le habla al celular. En la escuela participa en "carreritas" con sus compañeros y en competencias de canicas, además está en el equipo de futbol.

A Emmanuel le gustaría ser futbolista, admira a Vuoso y a Carlos Ochoa, pero cuando crezca será médico. "Si alguien de la familia se enferma lo podré curar y dar consejos, como futbolista, no", explica.

El mundo en sus manos

Es un niño responsable, sabe que será el ejemplo de su hermano menor, Emiliano, quien tan sólo tiene 7 meses, por eso trata de portarse bien y es especialmente cuidadoso con algunos juguetes, los que dará a su hermanito cuando crezca. Uno de ellos es su PSP (Play Station Portable), el mejor regalo que ha recibido, "después de Emiliano", aclara.

En el cesto donde guarda su ropa interior oculta el PSP para evitar que su mamá lo confisque. Desde hace un año tiene la consola, él ahorró 2 mil 500 pesos y el resto lo puso su familia. Con el dinero que junta de su "domingo" se compró los dos discos que tiene, cada uno le costó 700 pesos. De tres a dos horas diarias disfruta de su juguete favorito.

"Lo escondo para que no me lo quiten, hace mucho jugaba más, ya no, pero siguen diciendo que juego. Antes no hacía la tarea por jugar", explica.

En el PSP tiene juegos, fotos, música y videos, además puede conectarse en el Messenger para platicar con los amigos de la escuela.

Energía para los deportes

Un huevo, frijoles, pan tostado con mermelada y un licuado (con huevo incluido) era el desayuno diario de Jaime. Además su mamá le preparaba y enviaba el 'lonche' para que comiera en el recreo.

Después de jugar futbol, básquet, volibol, beis o el deporte que estuviera de moda en la escuela, y de trabajar en clases, a la hora de la salida Jaime se compraba un vaso con nieve de garrafa sabor vainilla y le ponía chile piquín, era el postre previo a la comida. Además, cada semana gastaba una parte de su 'domingo' en un refresco 'Pep' y dos bolsas de papitas.

Explica que jugaba todo el día con sus amigos y por eso casi nadie tenía problemas de sobrepeso. Actualmente al lado de su trabajo hay un gimnasio, donde ve llegar a niños 'gorditos' de 10 años que deben hacer ejercicio.

"A esa edad a mí nunca me pasó por la mente ir a un gimnasio o que mi papá me metiera", asegura.

Sin embargo, Jimmy, como le dicen, recuerda que era seguro andar en la calle, podía ir a las maquinitas o a hacer travesuras con sus amigos sin ningún peligro.

"Nos la pasábamos en la calle, podíamos cruzar medio Torreón con toda la confianza, ya fuera a pie o en bicicleta".

Sí le decían que tuviera cuidado con los desconocidos, pero confiaba en los policías, los veía como una figura de autoridad que sab→ ían lo que era correcto.

Las preocupaciones

El mayor miedo de Jimmy era recibir un regaño por obtener bajas notas en clases. "Mis miedos eran la escuela, sacar malas calificaciones, de que mis papás me fueran a regañar o que me pusieran un examen sorpresa. No tenías miedo de salir o hacer muchas cosas".

Recuera que otro de sus temores era que iniciara la Tercera Guerra Mundial y que se lanzaran bombas nucleares que serían el fin del mundo. Tenía 11 años de edad cuando inició la Guerra del Golfo Pérsico y diariamente veía las noticias del conflicto en la televisión. Sin embargo, sabía que la lucha era en otro lado del mundo, así que se sentía seguro. "Aquí está mi ciudad, mi casa y aquí no pasa nada", pensaba.

Visita a sus amigas y juega con su Wii Recuerda la diversión ilimitada

Angela nació en 1999. Ya casi no le gustan las muñecas, así que su juguete favorito es el Wii, una videoconsola producida por Nintendo, donde pone discos de deportes y cuando se reúne la familia juegan el rock band de The Beatles, ella "toca" la batería.

La pequeña también disfruta ir a las casas de sus amigas a jugar al veterinario, a la cocinita o subir a los columpios del parque de la colonia.

Conectada

En las tardes, ya sea por teléfono o por el Messenger, programa de mensajería instantánea en Internet, las niñas se ponen de acuerdo para una reunión. El teléfono celular sólo lo utiliza cuando sale, para estar en contacto con su mamá.

Con su grupo de amigas casi no anda en la calle, dice que porque no se divierten tanto. Sólo a veces van a la tienda a comprar, pero siempre le dan recomendaciones.

"Me dicen que me cuide, cuando voy con amigas me dicen no me separe de ellas".

Delincuencia

Angela sabe que hay inseguridad en la región, pero aún así no confía en los policías porque dice que sólo quieren tener dinero y no hacen su trabajo.

"Sé que hay balazos y que han matado a muchas personas, que secuestran. Está mal, yo digo que los policías también están mal porque nomás por tener dinero te multan", explica.

Para la niña de 10 años de edad no hay una justificación para la violencia, afirma que "todos somos iguales, no hay porqué pelearnos, por dinero o por lo que sea. Los malos deben portarse bien".

Diversión

Los programas del canal de televisión Animal Planet son sus favoritos porque le gustan los animales y planea ser veterinaria cuando crezca. En su pasado cumpleaños recibió el mejor regalo: su perrita Manchas.

Luego de hacer la tarea, con la ayuda de su mamá y a veces del buscador de internet 'Google', Angela va a clases de ballet, ve tele o juega.

Sus cantantes favoritas son Lady Gaga y Miley Cyrus y las películas que más disfruta son 'Cuentos que no son cuentos' y 'Matilda'. A ella le encanta ser niña y que la consientan. "Lo mejor de ser niños es que te diviertes más, sales con tus amigos", dice. - ¿Te gustaría ser grande? - "No".

Los discos de Parchis y Timbiriche, las caricaturas de He-Man y la Pantera Rosa y las horas de diversión que vivió jugando con 'el hornito mágico' y la 'cocinita combo' son los recuerdos de la infancia de Andrómeda.

Cuenta que todas las tardes, después de hacer la tarea, salía a jugar hasta las 9:00 o 10:00 de la noche con sus amigas. "La pichada", "el resorte" o "la liga", además de andar en bicicleta o avalancha era lo que más disfrutaba.

"No había peligros de nada, de que no le saludes a extraños, yo me salía a la calle, andábamos sin problema", dice. En esa época no hablaba de policías, afirma que ni le pasaban por la mente su existencia.

"Cuando era niña no escuchaba la palabra delincuencia, cuando oía de violencia pensaba en un pleito entre hermanos, no más allá. Ahora hasta los niños juegan que unos tienen a alguien secuestrado y que los otros son policías".

Respeto a los padres

Para Andro, como le dicen, su único temor era recibir el regaño de su papá, que sin tener que alzar la voz le llamaba la atención. Eso era suficiente para que hiciera "cara de puchero".

"Los miedos eran que te regañaran por llegar tarde o porque no te habías bañado o no terminaste bien la tarea, nada más", explica.

Aprendizaje

La joven tiene un hijo de tres años, gracias a él conoce a la cantante Lady Gaga y trae unas canciones en el celular porque al pequeño le gustan. Reconoce que sabe poco de consolas de videojuegos y de Internet, pero cree que en cuanto su niño entre a la primaria deberá aprender. Son otros tiempo, dice que en su infancia consultaba en enciclopedias para hacer su tarea o compraba monografías en la papelería, luego copiaba la información en una hoja de máquina y pegaba la lámina

Como mamá, a la treintañera le preocupa que los más pequeños no puedan tener una infancia tan activa e inocente como la que vivió.

"Aparte de la delincuencia, los niños están muy influidos por la computadora y casi no salen de su casa, se la pasan chateando y jugando ahí", explica la contadora.

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