"Todos los medios existen
Para dar a nuestras vidas
Percepciones artificiales y
Valores arbitrarios."
Marshall MacLuhan
L presidente de la república y algunos funcionarios y comentaristas han señalado de manera insistente que México no es un país realmente violento. La percepción de violencia, dicen, es sólo producto de la cobertura de los medios de comunicación, los cuales han puesto una atención indebida y exagerada a unos cuantos asesinatos perpetrados por el crimen organizado.
Lo curioso es que si examinamos la cobertura de los medios en los últimos días o semanas encontraremos que no sólo no han dado un espacio indebido a las ejecuciones sino que, por el contrario, quizá se les ha escatimado la atención debida.
Ayer leía yo una nota publicada en el periódico La Jornada sobre el ataque con granadas de fragmentación y disparos de AK-47 a una estación de televisión de Televisa en Tepic, Nayarit. El artículo no estaba en primera plana sino en la página 8. Otros periódicos y medios tampoco le dieron realce a la información.
Perdido en el quinto párrafo de ese artículo se encontraba la siguiente información: "Ayer también se atribuyó a la delincuencia la ejecución de al menos 35 personas en el país. Las 22 muertes ocurridas en Chihuahua incluyen 16 de Ciudad Juárez."
Uno podría pensar que 35 homicidos atribuidos al crimen organizado en un solo día, 16 en una sola ciudad, serían suficientes para desencadenar nuevamente una cobertura exagerada de los medios interesados en manchar la imagen del país. Pero no ha sido así. El tema no ocupó lugares importantes en los espacios informativos del país. Tampoco motivaron su atención las matanzas del fin de semana en Torreón y Durango. De hecho, varios de mis lectores de la Comarca Lagunera me han manifestado su sorpresa por la falta de cobertura sobre la masacre del restaurante Juanas y otros hechos violentos en la región. Ellos también lo atribuyen a un complot, pero de sentido contrario al que ha denunciado el presidente.
La verdad es que en estos últimos días los medios, lejos de concentrarse en las ejecuciones, han dedicado buena parte de sus espacios al tema de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos. Hace algunas semanas el tema que más concentraba su interés era la desaparición y muerte de la niña Paulette. El asunto anterior que generó gran cobertura de medios fue el atentado contra el futbolista Salvador Cabañas. En unos días más la atención se dirigirá a la Copa del Mundo de Futbol, por lo menos mientras la selección nacional no sea eliminada de la justa.
Es verdad que otros países del mundo tienen índices de homicidios superiores a los nuestros, pero es un error pensar que la violencia no es cubierta por sus medios de comunicación. Lo que ocurre en Estados Unidos es que los noticiarios nacionales, los que ofrecen información política, económica e internacional, duran apenas media hora y alcanzan un público pequeño en el incómodo horario de las 18:30. Los noticiarios locales, que tienen más público y duran bastante más, son los que llevan las notas sobre la violencia. En Brasil, un país que el presidente ha presentado como ejemplo de una cobertura más "responsable" que la mexicana, la información sobre violencia es intensa y cotidiana.
Quizá lo que ha ocurrido en México es que hechos como el que unos sicarios llegaran a una fiesta y rafaguearan a todos los participantes eran raros o inexistentes en el pasado. La falta de costumbre provocó la atención de los medios. Pero si las matanzas se siguen multiplicando pronto dejarán de generar cobertura. Y eso, a mi juicio, es lo realmente preocupante.
LINCHAMIENTO
En esta ocasión la autoridad no llegó a tiempo. Los pobladores de San Pedro de Xalostoc, en Ecatepec, Estado de México, lincharon hasta dejar sin vida a un presunto asaltante este 17 de mayo. Una vez más se oye el argumento de que la población tuvo que hacerse justicia ante la falta de justicia oficial.