Parecía una escena de un filme surrealista de Luis Buñuel: la calle londinense de los carísimos sastres a medida, la famosa Savile Row, llena de ovejas.
Un rebaño ocupó de pronto toda el centro de la calle ante las miradas entre atónitas y divertidas de los transeúntes, entre ellos muchos turistas.
Otros dos rebaños se pasearon por Oxford Street, la calle de más tráfico y más comercios de Londres, como parte de la misma iniciativa, apoyada por el príncipe Carlos de Inglaterra.
Más de ochenta comercios, algunos de los cuales enseñan a los voluntarios labores de punto, están detrás también de la iniciativa, destinada a promocionar la lana.
John Thorley, de la Campaign for Wool (Campaña pro Lana), declaró a la prensa que la "lana es un producto especial. Es una fibra importante, y quienes la trabajan tienen sueldos decentes".