EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

PALABRAS DE PODER

LA VIOLENCIA DE LA SANGRE

JACINTO FAYA VIESCA

Cuando San Pedro con su espada cortó la oreja de un soldado, Cristo le dijo: "Todos los que empuñen la espada, con espada perecerán" (Evangelio de San Mateo).

La Violencia de actos y palabras que el padre ejerce contra sus hijos, la real Violencia que el hombre hace contra su pareja, deja huellas imborrables en quienes la sufren. Sus vidas habrían sido diferentes si no hubieran sufrido los maltratos físicos y de palabras.

En nuestro país, la violencia familiar en todos sus tipos, ha creado un caldo de cultivo peligrosísimo: el hijo maltratado repetirá los maltratos con sus hijos, y los trastornará a tal grado, que este caldo demencial estará listo para que un porcentaje de estos niños violentados, se dedique más tarde, a la delincuencia.

Conocemos ciertas estadísticas sobre varios tipos de Violencia, pero los psicólogos no nos dan ningún estudio serio que nos indique los factores esenciales de "la Violencia de la Sangre", y las formas de erradicarla.

Los asesinatos en las calles, las venganzas de grupos, nos muestran uno de los rasgos más horrendos de nuestra "patología social". Todo hombre "violento" muestra una agresividad desenfrenada. Su cólera es irrefrenable y rabiosa. Sabemos que hay quienes matan sin sentir el menor odio, pues asesinan por encargo. Hay quien mata con la frialdad de un demente, como el genocida presidente Truman, quien ordenó lanzar una bomba atómica sobre Hiroshima, y dos días después, otra más sobre la población de Nagasaki, muriendo en ambas poblaciones cientos de miles de personas indefensas. Japón ya estaba destrozado, pero la imbecilidad de Truman era que Japón se humillara al rendirse.

Las matanzas entre grupos de delincuentes muestran una grave descomposición social y una ceguera del Estado. Parece que el Estado no ha entendido la complejidad de la Violencia. Lo esencial de "la Violencia de la Sangre", consiste en atacar sus causas fundamentales: Violencia familiar, desnutrición y hambre, pobreza permanente, falta de trabajo. El Estado mexicano está ciego y no ve: cree, equivocadamente, que la represión es el único camino.

Nuestra sociedad de hiperconsumo nos ha estado diciendo en los últimos treinta años, que el tener dinero y el ambicionarlo son pruebas del éxito social. Nuestra sociedad salvajemente capitalista, ha creado un monstruo incontrolable: la "codicia". Nuestra sociedad vive anudada por lazos de codicia, envidia, miedo a no tener, ansiedad, y angustia por no encontrar el cofre del tesoro donde termina el "arco iris" de sus deseos enfermos y desenfrenados. Si esto lo mezclamos con una población en nuestro país, de sesenta millones de pobres, comprenderemos las causas de la delincuencia.

"Lo violento no perdura", se decía en la Roma Antigua. Y tenían razón: el Imperio Romano, el más grande de la historia, se derrumbó por su codicia y por su "Violencia de la Sangre". Falso, que lo más eficaz para combatir la sangre derramada, sea derramando el Estado, más sangre.

El núcleo divino de los seres humanos radica en que todos sabemos que la Ley más importante para la sobrevivencia de la humanidad, estriba en hacer el bien a las personas; que es honroso, bello y digno, hacerlas felices; y que es mezquino, vergonzoso y malvado todo lo que hacemos que pueda robar o impedir la felicidad a los seres humanos.

El religioso suizo, San Francisco de Sales, hace más de cuatrocientos años, escribió: "Compara las virtudes con los vicios opuestos. ¡Qué suavidad en la paciencia en lugar de la venganza; la humildad en vez de la arrogancia y de la ambición; de la libertad en lugar de la avaricia; de la caridad en lugar de la envidia; de la templanza en lugar de la violencia!".

La población mexicana en muchos lugares de nuestra República, está experimentando muy altos niveles de ansiedad y de angustia que están afectando las relaciones familiares y la eficacia en el desempeño escolar y del trabajo. ¡Necesitamos de urgencia una visión de Estado enfocada a enfrentar la "Violencia de la Sangre" desde otra perspectiva! ¡Qué los altos mandos políticos del país abandonen sus fantasías de niños, cuando les gustaba jugar a las "guerritas con soldaditos de plomo o de madera"!

La visión de Estado es mucho más profunda que la visión política, opina Critilo. Las causas fundamentales de la "Violencia de la Sangre", en la República mexicana, están a la vista de todos: 20 millones de personas viviendo en la extrema miseria; 40 millones más, viviendo en la pobreza patrimonial; 7 millones de jóvenes "NINI", que ni estudian ni trabajan; una salvaje concentración de la riqueza en 300 familias, la concentración más brutal de cualquier país del mundo; la desatención total de niños y adolescentes golpeados; cientos de miles de niños y adolecentes que viven en las calles sin padre ni madre; ausencia total de programas de deporte; persecución de niños y adolecentes drogadictos, en vez de rescatarlos y verlos como enfermos necesitados de ayuda.

¡Derramar más sangre sobre la sangre derramada, es una visión y conducta de "túnel", que puede hacer estallar a nuestra nación!

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 570810

elsiglo.mx