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¡Pánico!, vuelve a temblar

Da gracias a Dios. El profesor universitario atribuye al destino, a la suerte y a Dios, el haber sobrevivido sin mayores lesiones. Huyen. Cientos de personas toman al asalto uno de los dos barcos que se encuentran varados en Puerto Príncipe por problemas mecánicos, convirtiendo estas dos embarcaciones en improvisado hogar al haber perdido todo en el sismo de la semana pasada. Además, miles de personas se agolpan en el puerto tratando de huir de la ciudad. Presencia. Un soldado estadounidense patrulla en las inmediaciones del Palacio Nacional en Puerto Príncipe, Haití, cuyo estado empeoró tras el nuevo sismo de 6.1 grados que sacudió el oeste de la nación caribeña.

Da gracias a Dios. El profesor universitario atribuye al destino, a la suerte y a Dios, el haber sobrevivido sin mayores lesiones. Huyen. Cientos de personas toman al asalto uno de los dos barcos que se encuentran varados en Puerto Príncipe por problemas mecánicos, convirtiendo estas dos embarcaciones en improvisado hogar al haber perdido todo en el sismo de la semana pasada. Además, miles de personas se agolpan en el puerto tratando de huir de la ciudad. Presencia. Un soldado estadounidense patrulla en las inmediaciones del Palacio Nacional en Puerto Príncipe, Haití, cuyo estado empeoró tras el nuevo sismo de 6.1 grados que sacudió el oeste de la nación caribeña.

AP

Nuevo sismo desata otra vez el miedo en Haití; la ONU inicia reconstrucción.

Los haitianos revivieron el pánico de la tragedia de la semana pasada por culpa del nuevo sismo que sacudió ayer al oeste del país, mientras avanzan a paso lento, pero decidido, los esfuerzos en pos de la reconstrucción.

A las 6:03 hora local un ruido sordo despertó a los que dormían y de pronto el suelo y las paredes se pusieron a temblar. Las pocas personas que se atreven a dormir bajo techo salieron huyendo a zonas abiertas, algunos semidesnudos, con el corazón en un puño, por un terremoto de 6.1 grados Richter.

"Yo duermo en el suelo. Cuando sentí este nuevo temblor, me puse a rezar; ¿qué otra cosa podía hacer? - cuenta Edualdo, de 20 años- Fueron las mujeres las que echaron a correr".

El movimiento telúrico, que solo causó algunos heridos y la caída de algunos muros, desató otra vez el miedo entre la población, ya sumida en la desesperación tras el devastador sismo del 12 de enero, que dejó más de 100 mil muertos, millón y medio de personas sin techo y 3 millones de damnificados.

"Somos todos cristianos, no somos animales. ¿No es inhumano que me veas así, vestido con la ropa que llevaba el día del terremoto? Un plato de arroz con un trozo de pollo es todo lo que me han dado, y hace ya dos días", se lamenta Juin Williams, de 28 años, padre de una niña de un año.

Williams es uno de los "invasores" de los jardines de la Primature, la sede del Primer Ministro que fue literalmente tomada por miles de personas que el 12 de enero salieron de casa con lo puesto.

Casi todos aquí son de clase media o acomodada, que se vieron sin nada de la noche a la mañana. Ahora, miles de personas deambulan por las aceras sin rumbo fijo, en busca de un trozo de algo que llevarse a la boca.

La coordinadora humanitaria de la misión de la ONU en Haití, Kim Boluc, dijo que el Programa Mundial de Alimentos logró ya alimentar a 200 mil personas, aunque cuestionada por los periodistas tuvo que puntualizar que ese envío no ha sido diario, sino ocasional.

Es tal el hambre y la desesperación que los repartos de alimentos degeneran a veces en tumultos, tanto que la ONU ha pedido a Estados Unidos y Canadá que escolten a sus convoyes para poder repartir la comida tan ansiada por los damnificados.

En Haití, el país más pobre de América, las desgracias suelen golpear a los más desfavorecidos, pero este terremoto fue más democrático al sepultar a pobres y ricos, diplomáticos y desempleados, hoteles de lujo y viviendas de barro.

En medio de esta desgracia, Haití vio con esperanza cómo la ONU puso en marcha ayer el proceso de reconstrucción con el lanzamiento de un programa de empleo, con el fin de reactivar la actividad económica y evitar que la desesperación desestabilice aún más al país. El primer paso dado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo es la contratación de 400 personas para realizar tareas de desescombro y reparación de infraestructura en la zona de Carrefour-Feuilles, al sur de Puerto Príncipe.

Según la número dos del PNUD, la costarricense Rebeca Grynspan, el programa aumentará a 700 personas a finales de esta semana y a mediano plazo se calcula que se dará trabajo a unas 200 mil, con lo que se beneficiaría indirectamente a cerca de un millón de haitianos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki moon, resaltó el martes en un artículo en el diario The Washington Post que "hay que pensar en el mañana" mientras se afrontan las necesidades humanitarias inmediatas.

Mientras tanto, la esperanza de vida de los heridos más graves en Haití dio un giro de 180 grados con la llegada del esperado buque hospital estadounidense "Comfort", que cuenta con 600 médicos y todos los servicios de un hospital tradicional.

Una vez atracó, recibió por helicóptero dos pacientes muy graves que requerían cuidados intensivos: un niño de seis años que tenía la pelvis aplastada y posible perforación en la vejiga y la uretra, y un joven de 20 años con el cráneo roto y posiblemente una cervical quebrada.

Durante las 16 horas que permaneció atrapado entre los escombros de la universidad en la que trabajaba en Haití, Carlos Peralta Valle mantenía la esperanza de ser rescatado, pues confiaba en que el grupo mexicano de rescate conocido como "Topos" lo ayudarían.

"Tenía un dolor espantoso, pero mis estudiantes perdían la cabeza, les decía ¡no griten!, si gritan no vamos a tener oxígeno para respirar, no nos van a poder rescatar, y ellos decían ¡si no gritamos, no van a saber que estamos aquí! Nos organizamos para golpear metales y que los equipos de rescate nos escucharan, pero decían que nadie nos iba a rescatar.

"Yo les digo que mi país tiene un grupo que se llaman 'los Topos' que va a cada país que tiene un terremoto y no solamente mi país, estoy seguro de que más de 100 países nos van a ayudar y se van a solidarizar con nosotros", relata desde la cama que ocupa en el pabellón de otorrinolaringología del Hospital General, a donde fue llevado para que pudiera estar aislado de otros pacientes.

Peralta Valle reitera que varias veces intentó suicidarse, no por temor a no ser rescatado, sino porque el dolor que le provocaba una silla que presionaba su abdomen era muy intenso.

El profesor universitario atribuye al destino, a la suerte y a Dios el haber sobrevivido sin mayores lesiones.

Una vez que él y los cuatro estudiantes que sobrevivieron al sismo -de los cinco que tenía en esa clase- fueron rescatados por un grupo de haitianos, fueron llevados a una iglesia que funciona como hospital.

Durante la entrevista, Carlos Peralta Valle hizo dos peticiones: que los mexicanos sigan ayudando con víveres a la sociedad haitiana y que las autoridades le ayuden a encontrar a su novia Nancy, con quien vivía y de quien no sabe nada.

La mexicana María de la Luz Pérez Estrada se considera una "mujer afortunada": en 1985 sobrevivió al sismo que golpeó a la Ciudad de México y hace unos días al terremoto que devastó a Haití.

Especialista en la industria farmacéutica y esposa de un médico de origen haitiano, la mexicana agradece que ha tenido suerte aunque lamenta haber presenciado ya los estragos provocados por dos de los desastres naturales más importantes de América en los últimos 25 años.

"La verdad siento que volví a nacer ya por segunda o tercera vez, yo viví lo sucedido en el sismo del 85 en México y ahora me tocó lo de Haití, afortunadamente de los dos hemos logrado salir bien; lo que vimos es terrible, es como repetir la historia pero peor", indicó.

En breve entrevista tras descender del avión de la Armada de México que la trajo desde el país caribeño, María de la Luz, cuyos hijos están radicados en Nueva York, hace un comparativo entre ambos desastres y advierte que lo ocurrido en el país caribeño rebasa todos los parámetros.

"En México fue terrible el sismo pero de alguna manera el país estaba un poco más preparado, por eso creo que fue más rápida la recuperación de lo que será en Haití donde todo está dividido y destrozado, pero confiamos en que saldrán adelante también", afirmó.

Sobre su esposo agregó que se encuentra bien pero dado que es médico prefirió quedarse en el país caribeño asistiendo a los connacionales, y aseguró que ella volverá para acompañarlo, pues sólo vino a México a ver a su madre.

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