Para la vuelta, adiós a las barbas

En cualquier deporte, utilizar cábalas por los jugadores es de lo más normal, pero en Santos Laguna se ha vuelto una tradición muy sagrada, sobre todo en la fase de liguillas.

A partir de que los Guerreros clasifican para la fiesta grande del futbol mexicano, tanto jugadores, como cuerpo técnico y la misma directiva, no se afeitan barba ni bigote, dejando que el vello facial aparezca con el transcurrir de los días.

Hay algunos que se les aprecia de manera abundante, como a Oswaldo Sánchez, Jonathan Lacerda, José Antonio Olvera, mientras que otros como Daniel Ludueña y Fernando Arce, apenas se les distingue, que han dejado pasar el tiempo sin rasurarse.

Con el amargo antecedente de la pasada final, en la que llegaron todos barbones a Toluca y donde dejaron escapar el título por la vía de los penales, los albiverdes a partir de mañana viernes y para el partido de vuelta, estarán debidamente aseados, desechando bigotes y barbas de sus rostros.

Esta medida incluirá a todo el personal del club, en la que ya a estas alturas de la liguilla y con la cercanía de la Nochebuena y Navidad, alguno que otro son confundidos con Santa Claus.

Cabe recordar que luego de perder el campeonato en el Bicentenario 2010, algunos santistas como Matías Vuoso, Oswaldo Sánchez, Walter "Lorito" Jiménez, Paco Torres, Oribe Peralta, entre otros, salieron del vestidor del Nemesio Díez, ya sin la barba de la suerte.

Los santistas utilizan además para motivarse, desde la época de Daniel Guzmán, el clásico bombo argentino, tanto en el autobús camino al estadio, como el mismo vestidor, algo que institucionalizaron el mismo Vuoso, Fernando "Tanto" Ortiz, Ludueña, Jiménez y compañía.

Sin duda, que los santistas son cabalistas a morir.