"Cuando hay un solo ladrón,
Es robo. Si son mil, se
Llama impuesto."
Vanya Cohen
Alicia Bárcena, la secretaria general de la CEPAL, afirmó este 28 de junio que México es "un paraíso fiscal de facto porque... es un país que tributa muy poco". La economista mexicana señaló que la carga de recaudación en México, apenas superior al 11 por ciento del PIB, es baja en comparación con un promedio de 18 por ciento de la región. La evasión fiscal y las exenciones son un factor en esta reducida recaudación.
Afirmar que la recaudación en México es baja se ha convertido en un dogma de fe. Por eso el Gobierno y el Congreso constantemente amenazan con cobrarnos más impuestos. El problema es que su premisa es falsa.
Una de las claves está en la contabilización de los ingresos petroleros. Mientras que otros países del mundo -como Noruega, el Reino Unido o Australia- los consideran tributarios, ya que los obtienen cobrando altas tasas de impuesto sobre la renta a las empresas petroleras, en México se incluyen bajo el rubro de "otros ingresos" debido a que se cobran como derechos.
Según un informe interno del SAT, en 2006 el Gobierno Federal mexicano registraba ingresos tributarios equivalentes al 8.64 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Esto colocaba a nuestro país en uno de los últimos lugares de la OCDE, la organización de países ricos, que tenía en ese mismo año un ingreso tributario promedio de 15.8 por ciento del PIB. Sin embargo, si se añaden los ingresos por hidrocarburos, que equivalen al 5.61 por ciento del PIB, la recaudación tributaria del gobierno federal mexicano asciende a 14.2 por ciento, cifra ya muy cercana a la media de los países de la OCDE.
El problema de recaudación en México, que sí lo hay, no radica en el Gobierno Federal sino en las aportaciones de seguridad social y en las contribuciones que cobran los gobiernos estatales y municipales. Si incluimos las aportaciones de seguridad social, por ejemplo, México cae de media tabla al cuarto lugar más bajo entre los países de la OCDE. Si además añadimos la recaudación de los gobiernos estatales y municipales, México desciende al último puesto.
Los países de la OCDE obtienen en promedio una recaudación total (gobierno central, seguridad social y gobiernos locales) de 35.9 por ciento del PIB. Países como Suecia y Dinamarca alcanzan cifras cercanas al 50 por ciento. Una vez que se consideran todas estas contribuciones, México recauda solamente el 19.7 por ciento. El problema, sin embargo, no está en los impuestos federales.
Nunca podremos resolver los males de nuestro país si no entendemos su naturaleza real. Persistir en la idea de que el Gobierno Federal recauda poco es avanzar por un camino equivocado. Las tasas de impuestos en nuestro país, de hecho, son bastante altas. Si se clasifican los derechos por hidrocarburos como lo hacen otros países, México alcanza una recaudación cercana al promedio de los países desarrollados. Los que no están cobrando bien son los gobiernos estatales y municipales así como las instituciones de seguridad social.
Una reforma fiscal de fondo no debe subir impuestos federales sino elevar la recaudación de los gobiernos estatales y municipales. Debe también asegurar que los sistemas de seguridad social tengan ingresos adecuados para sus compromisos y no dependan de las migajas que deja el Gobierno Federal. Finalmente, debemos hacer una revisión de fondo al gasto público: una de las razones por las que parece que tenemos un Gobierno pobre es por su desperdicio de recursos.
Seguir pretendiendo que vivimos en un paraíso fiscal, por lo que debemos aumentar los impuestos federales, es una falsedad que sólo puede hacernos daño.
La nueva víctima es Alfredo Parroquín Morales, operador político de Convergencia en Cosamaloapan, Veracruz. A unos días de las elecciones del 4 de julio fue asesinado en su negocio de mariscos. Le dispararon 120 tiros. Por lo menos las autoridades ya no acusan en automático a las víctimas de criminales.
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