Una depresión tropical que se cierne sobre el Golfo de México aumentó las presiones sobre la empresa BP y el Gobierno estadounidense para decidir si retiran a decenas de barcos en el lugar de un masivo derrame petrolero submarino.
El Centro Nacional de Huracanes en Miami informó que una serie de tormentas en las Bahamas formaron una depresión tropical ayer por la mañana. Podría llegar al lugar del derrame en dos días y medio, dijo Lexion Avila, especialista en huracanes.
El mar ya estaba picado en el Golfo con olas de hasta metro y medio mientras las tripulaciones aguardaban instrucciones. Los barcos no esenciales probablemente serán enviados a puerto, dijo la comandante Terri Jordan a la tripulación del escampavías Decisive de la Guardia Costera en una sesión informativa a media mañana.
Agregó que aguardaban la orden de evacuación para los buques esenciales.
El almirante retirado Thad Allen, de la Guardia Costera, aguardaba el desarrollo de la tormenta antes de decidir toda orden de evacuación.
Por su parte el vocero de BP Scott Dean dijo el jueves por la mañana que todavía no se había tomado ninguna decisión. Las naves se encuentran a unos 80 kilómetros de las costas.
Los trabajos para la perforación de un pozo de alivio, a días de que quede completada, fueron suspendidos y podría ser necesario abrir las válvulas de una campana que ha contenido la fuga de crudo desde la semana pasada, a fin de aliviar la presión.
Si se abren las válvulas, el crudo escapará de nuevo al mar durante días, dijo el miércoles Allen, el principal encargado del gobierno frente a la crisis.
Los equipos especializados planeaban dedicarse a reforzar con cemento los últimos metros del túnel de alivio que será utilizado para bombear cieno a la parte por donde escapa el petróleo y taparlo de manera definitiva.