Al espacio. Vista del lanzamiento de la nave Soyuz TMA-20, en Baikonur, Kazajistán. EFE
Astronautas de Estados Unidos, Rusia e Italia despegaron ayer desde una helada planicie de Kazajistán hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la nave rusa Soyuz.
El ruso Dimitry Kondratyev, la estadounidense Catherine Coleman y el italiano Paolo Nespoli, de la Agencia Espacial Europea, partieron a bordo de la Soyuz TMA-20, que iba a acoplarse a la estación mañana viernes.
Nueve minutos después del despegue, un tigre de peluche que Coleman llevó con ella como mascota de la tripulación, comenzó a flotar frente a ella, en un indicio del comienzo de la ingravidez, cuando la nave alcanzaba más de 200 kilómetros de altura sobre la Tierra, de acuerdo con imágenes de la televisión de la NASA.
El vuelo corona un decenio de misiones tripuladas a la estación orbital, que comenzaron en octubre de 2000.
El lanzamiento de la Soyuz había sido aplazado por varios días a causa del reemplazo de su módulo de reingreso a la atmósfera, que había sido dañado durante trabajos de descarga previamente este año en el cosmódromo de Baikonur, en las estepas de Kazajstán.
El remplazo de un módulo clave tan tarde en el calendario del lanzamiento causó algunas preocupaciones, aunque Kondratyev les restó importancia al final de una conferencia de prensa dada el día de ayer.
"Todos han mostrado resultados positivos", manifestó ayer a los medios de comunicación Dimitry Kondratyev.