Desde hace unos dos años empecé a frecuentar irregularmente los paseos dominicales en bici de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México. Irregularmente porque pasé casi 5 años en Nueva York, pero en mis visitas al DF y en los veranos que pasé aquí me uní a los miles de capitalinos que cada domingo hacen de Reforma una vía sin autos por algunas horas. Al inicio lo hacía corriendo, pero conforme fue pasando el tiempo cada vez noté un incremento de bicicletistas y a menos corredores.
Por ello, en una de esas visitas al DF acudí a un puesto de préstamo de bicicletas y por primera vez recorrí Reforma en bicicleta a inicios de 2009. Desde entonces, me compré primero unos patines, que he usado una vez, y desde que regresé a vivir a la Ciudad de México, hace poco más de un mes, me compré una bicicleta con la que ahora he acudido casi sin falta al ciclotón el domingo.
Precisamente, el domingo pasado mientras andaba en bicicleta vi a un hombre en un bici doble, llamadas tándem. En un semáforo le pregunté al señor sobre la bicicleta y me platicó rápidamente que formaba parte de un programa llamado "Paseo a ciegas". Inmediatamente me di cuenta de que en la parte posterior de la bici iba un joven invidente que me saludaba al escuchar que preguntaba sobre la bici. El hombre que conducía me comentó que formaba parte de una asociación que todos los domingos ofrece paseos para personas invidentes o para personas con algún otro tipo de discapacidad y me invitó a visitarlos a la altura de la Diana y a participar como voluntario.
Seguí mi recorrido hacia el Centro, pero no pude dejar de pensar en la sonrisa del joven invidente que me saludaba y en esta organización. Al llegar a mi casa busqué información sobre este grupo y encontré la página web www.bicitekas.org
Así, me enteré que Paseo a Ciegas busca apoyar la reintegración de las personas con discapacidad visual en la vivencia de la ciudad a través de la bicicleta y que están todos los domingos, menos el último del mes, con esta campaña en la Glorieta de la Diana. Igualmente pude ver que su proyecto abarca también promover el uso de la bicicleta no sólo como diversión, sino como un verdadero medio de transporte alterno a los autos para combatir la saturación vial para crear lo que sus integrantes llaman ciudades más humanas.
No es una idea descabellada. Otras ciudades en el mundo han implementado programas de ciclovías desde hace varias décadas. La ciudad de Nueva York, por ejemplo, hoy tiene una red de más de mil 400 kilómetros de ciclopistas, de acuerdo con cifras del Departamento de Planeación Urbana de esa ciudad. De hecho, en 1997, tanto esa dependencia como el Departamento del Transporte neoyorquino dieron a conocer el llamado Plan Maestro de Bicicletas en Nueva York, con el cual se pretendía en efecto crear y fortalecer esa red de ciclovías en toda la ciudad.
De igual forma, datos del Departamento de Transporte de Nueva York indican que en 2009 se contabilizaron hasta 38 mil 400 usuarios de bicicleta en la ciudad, registrando un incremento de 35 por ciento en el número de bicicletistas tan sólo de 2007 a 2008.
En Colombia es bien conocida la experiencia de ciudades como Medellín y Bogotá, que han impulsado el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo desde hace ya varias décadas. De hecho, el pasado 18 de julio la ciclovía de Bogotá cumplió 35 años y que tiene actualmente más de 120 kilómetros de largo.
Andar en bicicleta para mí, como supongo que para muchas más personas más, me recuerda los años de mi infancia. Cuando con dificultades, no sin caídas y raspones, mi papá me enseñó a pedalear y desde entonces la bicicleta se convirtió en una escapatoria, en sentir el aire en el rostro, en mover las piernas y aprender a tener equilibrio, en las manchas de aceite en la ropa y en los raspones que me seguí haciendo mientras usé la bicicleta como diversión.
Mientras el proyecto de construir más segundos pisos en el DF, el de la vía exprés en Guadalajara y otros proyectos similares en todo el país siguen causando polémica, lo cierto es que movilidad urbana para tod@s, una ciudad más incluyente para tod@s, pasa por proyectos que dignifiquen u prioricen al peatón, al ciclista, al transporte público y al auto, en ese orden.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano