Hallazgo. Un artefacto explosivo que no estalló fue localizado adentro de una mochila azul frente a una puerta del Congreso. AGENCIA REFORMA EL UNIVERSAL
Elementos de la Policía Federal y de la Dirección General de Resguardo y Seguridad "peinaron" el interior y exterior del Palacio Legislativo de San Lázaro, luego que se detectara la presencia de un presunto artefacto explosivo en los alrededores de las instalaciones.
En entrevista, el responsable de la seguridad en el Palacio, el teniente Carlos Gómez Arrieta, informó que el barrido general fue realizado por elementos del grupo GEO de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y del equipo de Neutralización de Riesgos, integrado por personal de la propia Cámara Baja.
El funcionario explicó que además de la revisión física, personalmente realizará un análisis minucioso del contenido de las videograbaciones del circuito cerrado de la Cámara, desde las 8:00 horas de ayer, con la finalidad de determinar si en algún momento se intentó colocar el presunto artefacto explosivo en alguna de las instalaciones de San Lázaro.
Dijo que, de acuerdo con los primeros reportes de la Policía capitalina, los dos sujetos detenidos cerca del artefacto fueron localizados a varios metros de la sede legislativa, en la esquina de la calle Emiliano Zapata y Congreso de la Unión, pero en el carril vehicular más lejano a la Cámara.
Gómez Arrieta detalló que el aparato que se encontró en una mochila es de fabricación casera, muy similar a los que son utilizados por la delincuencia para robar dinero de los cajeros automáticos.
De acuerdo con miembros del Agrupamiento Fuerza de Tarea, el aparato es un cartucho de torpedo de 37 milímetros que presuntamente contenía gas lacrimógeno y cloracetato.
Gómez Arrieta explicó que no se ha detectado hasta el momento ningún daño en las instalaciones de la Cámara de Diputados.
Según versiones periodísticas, uno de los detenidos admitió formar parte del grupo que coloca explosivos en sucursales bancarias del DF.
El caso más reciente parecido al de ayer ocurrió el pasado 25 de abril, cuando dos granadas de fragmentación fueron lanzadas al Sur de Ciudad de México, una de las cuales explotó, sin dejar víctimas, pero sí algunos daños materiales en un edificio ubicado en el número 949 de la avenida Insurgentes Sur.