Las entidades financieras cuya actividad se centra en la compra-venta de divisas atraviesan por una crisis que podría llevarlas a su extinción.
Por un lado, el sector de casas de cambio se redujo a su nivel mínimo de los últimos 10 años. En sólo dos años sólo sobreviven nueve intermediarios, pero hace dos años eran 24.
Contrario a lo que ocurre con este sector, los centros cambiarios que no reciben la supervisión de las autoridades superan a más de 100.
En la progresiva desaparición de las casas de cambio, los bancos jugaron un papel relevante: hace poco más de un año y por orden de sus matrices, algunas instituciones cancelaron las cuentas de las casas de cambio. Y un año antes, intermediarios estadounidenses rompieron relación con las casas de cambio y cerraron sus cuentas.
César Tello, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Casas de Cambio (AMCC), reconoció que el cierre de cuentas se derivó de problemas con la casa de cambio Majapara, entidad que presuntamente se vinculó con operaciones de lavado de dinero. Y en la casa de cambio Puebla se detectaron malos manejos administrativos.
Derivado de esa problemática, en 2009, Bancomer, Banamex y HSBC cancelaron las cuentas a las casas de cambio, lo que provocó que algunas "bajaran la cortina". "Por instrucciones de sus oficinas matrices decidieron no tener ninguna relación con casas de cambio", aseguró César Tello, de la AMCC.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) explicó que las casas de cambio son sociedades anónimas que realizan operaciones de compra, venta y cambio de divisas, que incluyen las que se realicen mediante transferencias o transmisión de fondos de manera electrónica.
Estas transacciones tienen la autorización de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, quienes reglamentan su operación.
LOS CENTROS CAMBIARIOS
La aparición de los centros cambiarios se originó en 1991, mediante reformas a la Ley General de Organizaciones Auxiliares de Crédito, en las que se exigió a las casas de cambio de menudeo contar con un capital mínimo para operar.
La Condusef explicó que debido a que diversas casas de cambio minoristas no pudieron cumplir con el capital mínimo que exigían las autoridades, decenas de estos intermediarios operaran al margen del sistema financiero. La mayoría de éstos se ubicaron como establecimientos mercantiles, con lo que nació la figura de los centros cambiarios.
Estos intermediarios se dividen en: ex casas de cambio de menudeo, que se estima que a nivel nacional hay entre 2 mil y 2 mil 500. También se detectan establecimientos comerciales, que pueden ser desde farmacias o tiendas de abarrotes, que desde 1992 empezaron a realizar la actividad de compra-venta de divisas y de los cuales no un dato preciso sobre cuántos hay en el mercado. Las autoridades estiman que hay infinidad de comercios en el mercado de divisas. Otro tipo de centro cambiario son los remeseros, personas físicas que captan "money orders" en lugares distantes y de difícil acceso, para negociarlos con bancos, casas de cambio y centros cambiarios.
Las operaciones que pueden realizar los centros cambiarios se precisan en la Ley de Organizaciones Auxiliares del Crédito. En ésta se estipula que los centros no requieren de autorización, cuando sólo realicen compra y venta de billetes, así como piezas acuñadas y metales comunes, con curso legal en el país de emisión hasta por un monto que no supere los 10 mil dólares diarios.
El tipo de cambio que utilizan estas empresas depende del índice de referencia (tipo de cambio) que establece el Banco de México.
Estos intermediarios están regulados por los Artículos 81 A y 95 Bis de la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito y los Trasmisores de Dinero únicamente por el Artículo 95 Bis de la misma Ley.