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Pérdida de territorios, fronteras abandonadas y el litigante Gómez Mont

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Debido a los altos niveles de corrupción entre las fuerzas federales, Estados Unidos no confía en la lucha contra el narcotráfico, y a causa de la pérdida de control de zonas territoriales, el presidente Felipe Calderón ha pedido ayuda en repetidas ocasiones a su homólogo Barack Obama.

Ambas denuncias, de enorme importancia y no desmentidas, forman parte de la información electrónica del sitio WikiLeaks en Internet y tanto el gobierno de Calderón como los medios de comunicación masiva han querido ignorarlas.

En uno de los más de 250 mil cables revelados por el australiano Julian Assange -arrestado en Inglaterra- se indica que funcionarios de Estados Unidos, entre ellos el embajador Carlos Pascual, informaron al Departamento de Estado de su país la pérdida de territorios en la guerra contra la delincuencia.

Pascual no niega el envío de esos mensajes a Washington y ha dicho que no por esas publicaciones se van a dañar las relaciones de nuestro país y el suyo. ¡Aleluya!

O sea, ¿debemos ignorar los informes tortuosos del diplomático Pascual y aplaudir la venta descarada de armas en por lo menos ocho tiendas texanas a los capos mexicanos? ¿Y hemos de cerrar los ojos ante las más de 40 mil ejecuciones en 10 años de era panista?

En otro cable dado a conocer por WikiLeaks leemos que el gobierno estadounidense está asombrado por la "dramáticamente porosa" frontera de México con Guatemala y Belice, a través de la cual se trafica con seres humanos y pasan armas, proyectiles en gran escala y estupefacientes sin ningún impedimento oficial.

En ese mensaje es señalada la presencia de sólo 125 agentes para vigilar casi mil kilómetros de frontera. Es decir, el gobierno mexicano tiene en total abandono la frontera del sureste, donde un cártel impone su ley y el terror.

Menos se ocupa el gobierno de la Selva Lacandona, la cual va para dos décadas en manos del subcomandante Marcos y es otro gran foco de corrupción, ajeno a nuestras leyes.

En este escenario de desgobierno continúan las matanzas. En 11 municipios de Michoacán se sucedieron balaceras, sobre todo en Apatzingán y Morelia, de la noche del miércoles pasado al viernes siguiente con el propósito de ultimar a un capo de "La Familia", Nazario González "El Chayo". Al menos 100 camiones fueron secuestrados y a 18 se les prendió fuego. Las llamas fueron vistas en el mundo.

El saldo oficial fue de 12 muertos entre delincuentes, agentes de la AFI y un bebé de ocho meses. Pero medios informativos suponen mayor número de víctimas y los cadáveres sin contar son inhumados en fosas clandestinas.

La gente de Michoacán se pregunta qué pretende Calderón en ese estado: ¿hacer una limpia y abrir camino a su hermana María Luisa para candidata al Gobierno Estatal? De ser así, peores eventos esperan a los tarascos.

Sucedió otra balacera, en Tecalitlán, Jalisco, entre hampones. Fueron contados 11 muertos y 22 heridos. En Guerrero hubo cinco ejecuciones más, incluidas las de tres decapitados y colgados en Acapulco. Esto ya es infinito.

TAMPOCO TIENEN FIN los manejos escandalosos de influyentes, como el del ahora ex panista Fernando Gómez Mont, quien defiende el caso de Nextel relativa a la licitación 21 de la fibra óptica. Debió abstenerse de litigar durante un año, porque lo señala la ley, a partir de su renuncia a la titularidad de la Secretaría de Gobernación.

Siendo tan cuate Gómez Mont de Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes, seguramente habían cocinado esa patraña desde cuando fueron compañeros en el gabinete presidencial. Ustedes, lectores, pongan los calificativos.

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