Inusual. En un operativo inusual, elementos de la Policía Federal, detenían a algunos automóviles y se asomaban al interior, en uno de los accesos a la Cámara de Diputados. EL UNIVERSAL
Un operativo con decenas de policías rodeó la Cámara de Diputados con el único fin de detener al perredista Julio César Godoy Toscano -que por supuestos vínculos con el narcotráfico no ha logrado ocupar su curul-, pero a quien ningún agente federal conoce.
La autonomía y soberanía del Poder Legislativo prohíbe la entrada de la Policía Federal (PF), que tuvo que colocarse a unos metros de los accesos de estacionamiento y peatonales para detener todos los vehículos posibles y hacerles una revisión -de segundos- por las ventanillas.
-¿Qué buscan?, se les interrogó a los federales.
-A un diputado, bueno, a uno que quiere ser diputado, pero que debemos detener, respondió una mujer agente federal.
-¿Cómo se llama el diputado, lo conocen?
-Es del PRD (Partido de la Revolución Democrática).
-¿Cómo es?
-No sabemos.
Entonces revelaron la instrucción: "Tenemos la orden de detener o estar atentos de cualquier persona que intente pasar agachado o escondido en un automóvil", dijo uno de los oficiales.
Y nada más. Los federales no revisan ni cajuelas ni acceso peatonales, ni siquiera hacen las preguntas mínimas. Era un operativo mermado por no poder ingresar a las instalaciones legislativas, pese a que solicitaron permiso para entrar y buscar.
Los rumores corrían entre los pasillos: Godoy estaba dentro.
Pero en la realidad, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín, lo estuvo esperando, luego que desde el lunes a las 14 horas, un juez le notificó de la suspensión a la orden de aprehensión girada en contra del michoacano por supuestos vínculos con el crimen organizado.
Y lo cual le permite, según la versión de Ramírez Marín y del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juventino Castro y Castro, rendir protesta de diputado federal y ocupar por fin su curul.
En tanto, la Policía Federal se quedó afuera de San Lázaro, instalados, armados y confundidos por no saber ni por quién van.