¿Quiere algo más en su vida sexual? No tema pedirle a su pareja aquello que se le antoje.
María y Roberto han estado casados por 20 años; pese a que no son pocos, durante todo este tiempo ella ha mantenido en silencio algo que desearía experimentar durante sus encuentros amatorios. “No he hablado con él por miedo a herirlo, a lo mejor cree que no me satisface”, confiesa. Y es que muchos hombres y mujeres viven, comen y hacen todo juntos sin llegar realmente a ser sinceros entre sí y conocerse a fondo en el aspecto sexual.
Hay que hablar y hablar claro. No es honesto callar por pena o temor a lastimar, pues mientras el otro satisface a su pareja pensando en que eso es todo lo que quiere, su ‘otra mitad’ lo mira desde el interior con ganas de ‘algo más’. ¡No es justo! ¡Háblele
TOMANDO DECISIONES A FONDO
A muchos les resulta difícil y a veces hasta imposible pedirle a su consorte algún antojo sexual. Tal parece que a pesar de los años de convivencia y de la confianza que hay entre ellos, aún mantienen terrenos desconocidos o afectados por la vergüenza. Esto no debe tomarse a la ligera, pues los amantes que no expresan lo que quieren como variedad en la cama pueden llegar a sentir que la vida íntima les pesa, porque no les da todo lo que anhelan.
¿Ya se decidió a hablar con su pareja de ese secreto deseo? Quizá suspira por un masajito con aceite perfumado, porque le lama los pies o le permita a usted hacerlo... ¿Ya tomó valor para insinuarle un cambio de posiciones, poner en práctica El jardín perfumado, El libro de los kimonos o el Kama Sutra? Si no lo ha hecho, sin temor a ser rechazado inicie ese acto maravilloso llamado honestidad sexual y dígaselo, y también pregúntele sobre las formas que en su opinión pueden mejorar su relación erótica. Es probable que su cónyuge se ‘vaya para atrás’ pues probablemente no lo espere, pero no se arredre, siga adelante, muestre su mejor carta. Sólo así lograrán incrementar su placer y tal vez descubran facultades amatorias que no conocían.
Coméntele sin pena sobre el video que vio por Internet o en televisión, o invítelo a visitar juntos una tienda para adultos para que les aconsejen probar algo diferente. Hágale saber que usted ambiciona experimentar con él o ella, que a fin de cuentas es la persona con la que eligió formar una pareja estable.
DÍGALO SIN MIEDO
La vida sexual entre varones y féminas exige y puede tener el mismo nivel de complacencia. Tanto a unos como a otras el placer les atrae y se les antoja por igual. Las revistas, la televisión y el cine presentan escenas explicitas de conductas coitales y también Internet ofrece consejos y videos para iniciar un recorrido erótico. Hay a la mano muchos estímulos y apoyos para conocer y mejorar intimidad. No obstante, toda esa avalancha de información tiene que ser aprobada por cada uno de los miembros de la pareja y confrontada con su sistema moral y psicológico. Hay gente que no acepta hacer cambios en el aspecto erótico, los consideran sucios o pecaminosos, e incluso algunos enfrentan un severo problema al considerarse ineptos o deficientes sexuales. En cualquier caso, es preciso cambiar ese paradigma, pues su manera de verse a ellos mismos como ‘poca cosa’ o apenados ante sus propios impulsos sensuales traerá consecuencias negativas para su relación.
LA PALABRA ‘PAREJA’ VIENE DE ‘PAREJO’
Sólo lo que agrade, satisfaga y encante a ambos amantes es válido en el sexo. Muchas parejas que llevan años juntas desean experimentar con juguetes sexuales, vibradores, consoladores, etcétera; y es válido. “Existen muchos caminos para llegar a Roma”, afirma el dicho popular; también el camino al orgasmo masculino y femenino está lleno de rutas y veredas.
El temor a lo desconocido puede impedirles alcanzar un placer novedoso. Su ‘media naranja’ quiere disfrutar tanto como usted la intimidad, entonces la vía adecuada es que se animen a dar el primer paso y hacer la prueba. Al fin que si algo no gusta, basta con decirlo y dejarlo de hacer.
Existen múltiples y variadas formas de gozarse mutuamente, por citar algunas está la excitación a través del baño mutuo, el masaje sensual y sexual, ver una película sexy, no abiertamente pornográfica, más bien romántica y con escenas fuertes. O lamer los oídos, succionar los dedos de los pies y de las manos; practicar toda clase de besos, desde los que parecen mariposas hasta los húmedos y profundos. También oler cada rincón del cuerpo del ser amado, o usar vibradores delicados y suaves, o tal vez una pluma de ave para acariciar la piel. En fin, deleitarse sin más límites que la velocidad de su imaginación.
Déjese de excusas para no iniciar esa plática sobre aquello que le pulsa, le brinca, le excita y que ansía llevar a cabo con el amor de su vida.
AMÉMONOS, MI BIEN
No existe pretexto válido para negarse el placer sexual con su pareja. Haga a un lado sus prejuicios. Diga simple y llanamente lo que quiere. Si él o ella le dice que no, entonces pídale una alternativa y examínenla juntos. No se vale quedarse esperando resentido a que el otro tome la iniciativa. Muchos momentos íntimos aun quedan por escribirse en las sábanas de su recámara. Encuéntrelos a través de nuevas propuestas. Les deseamos los mejores y más excitantes momentos.
www.sexologosilvestrefaya.com