La Iglesia católica chilena pidió hoy perdón a las personas afectadas por casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes, y se comprometió a 'velar incesantemente porque estos gravísimos delitos no se repitan'.
'A las personas directamente afectadas y a las comunidades que en Chile han visto en algún sacerdote motivo de escándalo, les pedimos perdón y les exhortamos a comunicarnos estos hechos', dijo el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Alejandro Goic.
Al leer una declaración aprobada por la 99 Asamblea Plenaria del Episcopado chileno la semana pasada, el obispo Goic indicó que 'no hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores, y no hay pretexto alguno que pueda justificar este delito'.
Los obispos chilenos señalaron que en la Asamblea Plenaria 'hemos actualizado nuestra manera de aplicar la normativa canónica que nos obliga a actuar con rigor frente a eventuales denuncias, aplicación que habíamos establecido ya en mayo de 2003'.
En su declaración, los prelados chilenos instaron además a 'abordar definitivamente la deuda social pendiente, las escandalosas desigualdades y la falta de mejores oportunidades para los jóvenes más vulnerables', tras el terremoto del 27 de febrero pasado.
Los obispos chilenos llamaron a las nuevas autoridades de gobierno a 'hacer de sus importantes responsabilidades un servicio, a poner siempre a las personas en el centro de las políticas públicas'.
La Iglesia católica chilena llamó 'a cuidar, de un modo preferente, a los más pobres y vulnerables, a los grupos más desprotegidos de la población, así como a la clase media constantemente golpeada en tiempos de crisis'.
En ese sentido, invitó a todos los sectores políticos 'a buscar con respeto los mejores caminos para hacer realidad los sueños de Chile, posponiendo el bien propio ante el bien común de la sociedad'.
Los obispos también propusieron, en ocasión del Bicentenario de la Independencia nacional, un 'indulto jubilar' que beneficie a presos que han cumplido gran parte de sus condenas, tengan buena conducta, estén gravemente enfermos, o tengan avanzada edad.