PIENSA Y SE REALIZARÁ

| “O btendré trabajo en poco tiempo”, “Seré exitosa”, “Esa casa va a ser mía”. En este mundo no se realizan las metas por arte de magia o con una varita de hada madrina, se realizan a través de acciones, de actitud, y ahora por la ley de la atracción. La ley de la atracción, masificada con el libro y película de nombre “El secreto” por Rhonda Byrne, logrando juntos en dos años más de 4 millones de copias en ventas, es considerada como la llave moderna del éxito. Esta ley, por más novedosa que parezca, resulta tener validez desde la edad griega, pero en ese entonces sólo pocos tenían el privilegio de conocer dicho secreto.

En nuestra época se difundió mucho antes en el ámbito de los conocedores sobre Desarrollo Humano y Programación Neurolingüística (PNL) como técnica para la realización de objetivos; incluso en otro libro también conocido “7 hábitos para las personas altamente efectivas” publicado varios años antes, plantean técnicas similares. Según esta “ley”, sólo es necesario pensar y visualizar la meta como un hecho positivo y aparentemente a corto o largo plazo se realizará por fuerza del universo; y es ahí donde surge un proceso más complicado que el simple desear algo. La mente, coordinadora de nuestros pensamientos y acciones, inicia la realización de la meta con la visualización, acto seguido se requiere repetición.

La programación neurolingüística –encargada de programar mentalmente a las personas a través de la verbalización- toma la directiva y realiza las conexiones cerebrales necesarias para crear oportunidades que propicien el logro de la meta inicial, es decir, si se desea un ascenso laboral y la visualización es positiva y repetitiva, las conexiones se encausarán hacia la búsqueda de nuevos proyectos, a la disposición de horas extras, agudizar la atención en el trabajo y más.

La ley de la atracción estipula que los estatutos, deseos y pensamientos requieren formularse de manera positiva pues eso es lo que se atraerá, y viceversa si el estatuto se realiza desde lo negativo; así también da la responsabilidad a las personas involucradas no sólo del pensamiento y deseo, sino de la perseverancia, mantenimiento y continuo flujo de las acciones requeridas para cumplir sus objetivos.

Se tienen muchas dudas y restricciones respecto al alcance y naturaleza de esta creencia, pero lo que hay que tener en mente es la potencia de los pensamientos y la mente como tal, las posibilidades que cada persona se puede crear a partir de la conciencia y persistencia de sus actos. Si bien no es una actividad fácil de practicar desde un principio, existen opciones y guías para efectuarla en una mayor potencia. Definitivamente la ley de la atracción no funciona para que el universo aparezca de la nada el éxito, pero mantiene consciente a los usuarios y creyentes de lo que ellos mismos pueden lograr a partir de una de las actividades más comunes en la raza humana: el pensamiento.

Se dice que...

- Puedes tener salud, éxito, felicidad, el secreto está en cómo lo deseas y qué haces para conseguirlo.

- Tus pensamientos dominantes encontrarán una manera de manifestarse, ¡canalízalos!

- Tus pensamientos y actitud atraerán sucesos y acciones de la misma carga con que los proyectes, positiva o negativa.