Plumaje y corazón albiverde

El pasar tanto tiempo trepado en los árboles situados a las orillas del canal de La Perla, que corría frente a su casa, situada en la colonia Nueva Aurora, le hizo ser bautizado por sus amigos de infancia como "La Cotorra'', mote que de joven adoptó como su nombre de batalla en el medio futbolístico.

El máximo orgullo de su colonia, de auténtico plumaje y corazón albiverde, es Juan Rodríguez Arellano, quien encontró en el futbol su razón de vivir.

Nacido el 26 de septiembre de 1960 en la vivienda ubicada justo en la confluencia de Prolongación Colón y calzada Raúl Madero (antes canal de La Perla), este destacado lagunero recuerda con nostalgia y gran orgullo lo que ha sido una vida de constante e intensa lucha por abrirse camino en todos los aspectos.

Inquieto desde muy pequeño, "Juanito'' recuerda que fue desde los cinco o seis años cuando se sintió atraído por el futbol y jugaba con sus amigos del barrio en los campos que se ubicaban en los terrenos de lo que hoy es el Auditorio Municipal y la colonia Luis Echeverría, siendo él mismo quien organizaba los partidos.

A pesar de jugar con elementos mayores que él, ya daba muestras de su vocación como organizador, misma que lo llevó años después a fundar la Liga Nocturna de Futbol, primera de su tipo en el balompié lagunero y a ser un importante promotor del deporte como empleado municipal.

Ya de joven, ese empeño por jugar futbol le valió ser considerado para ser parte del equipo Diablos Blancos de Tercera División, donde jugó bajo la dirección de Esteban "Cachuchas'' Méndez y posteriormente de un representativo lagunero organizado por el Centro de Seguridad Social del IMSS-Gómez Palacio, el cual acudió a La Trinidad, Tlaxcala, donde a convocatoria del propio instituto, se realizó un campeonato nacional, donde el equipo campeón ganaría una franquicia de Segunda División "B''.

"Tuvimos la oportunidad de ganar el torneo y con ello traernos la franquicia para dar lugar así al surgimiento del Santos-IMSS, al cual fuimos invitados a jugar ya de forma profesional. Fue un verdadero orgullo haber ganado ese derecho para dar lugar al surgimiento de una institución que hoy en día es una de las más importantes del futbol mexicano y que poco a poco, logra su internacionalización''.

Recordó que en ese primer año se ganó el campeonato y con ello el derecho de ascender a la Segunda División "A'', donde lo más destacado fue el coronarse con un equipo lagunero, con elementos como Joel Flores, José Próspero Hernández, Guillermo Galindo, Carlos González, Lupe Romo, Fernando de la Rosa, Martín Martínez Mota, José González, Luis "Manzana'' González, José Luis "Puma'' Rodríguez y otros, quienes dieron vida a un equipo todo entrega dentro de la cancha.

"Para mí fue el momento más importante de la época vieja del Santos; fue ganar el campeonato en Segunda "B'' y ascender a Segunda "A'', hizo que muchos se fijaran en ese equipo. De no haber obtenido el ascenso, tal vez nadie se hubiera interesado en esa escuadra, pero fue un equipo con estrella que trabajó y superó todos los obstáculos hasta consolidarse''.

 SE INICIA COMO INSTRUCTOR

Al terminar su etapa como jugador profesional, fue invitado por Salvador Necochea a integrarse al trabajo de formación con niños y jóvenes, donde inició una gran carrera como formador de talentos.

Entre los elementos que pasaron por sus manos y que luego llegaron hasta el mismo primer equipo, mencionó a Tomás Adriano, Enrique "Rifle'' Vizcarra, Gabriel Palmeros, Jorge Campos, Carlos Lira, Severo Hernández y Leo Galván.

"Es un orgullo saber que aprovecharon bien la formación que se les dio, algunos se lograron establecer como profesionales y otros tal vez no, pero me siento satisfecho de verlos realizados, si no en el terreno de juego, sí en diferentes actividades profesionales y con sus familias estables.

Siento gusto de ver que muchos de los jóvenes con los que trabajé me han llevado ya a sus hijos para que les enseñemos a jugar, incluso, de los mismos jugadores del Santos Laguna tengo algunos alumnos, quienes me llevan a sus hijos o sobrinos''.

Tan distinguido trato hacia su persona, el entrenador lo justifica, al asegurar que simplemente realiza su trabajo con seriedad, respeto y amor a los niños.

"Yo hablo con los papás y siempre les digo que no les puedo garantizar que un niño llegue a ser jugador profesional, pero sí les aseguro que haciendo deporte, y en este caso jugando futbol, serán hombres de bien y útiles para la sociedad''.

Su vocación como entrenador lo ha mantenido en el camino que siempre ha sido el suyo y recuerda que en alguna ocasión don Andrés Prieto, entonces encargado de fuerzas básicas del club, le ofreció la opción de hacerse cargo del equipo de Tercera División de los albiverdes o quedarse en la escuelita, sin dudarlo un instante decidió seguir con la formación del talento infantil, actividad que aún hoy fuera del club santista realiza, luego de formar hace casi tres meses el Centro de Formación Juan Rodríguez (Cefojur), el cual cuenta con gran número de niños y jóvenes.

 SANTOS ME DIO MUCHO, PERO YO LE DI TODO

"Nunca pensé salir de Santos Laguna, la verdad es que siempre me vi trabajando en el club y no imaginé que llegaría el día en que dieran las gracias''.

El ex trabajador santista afirmó que ahí era feliz y que el estar siempre con los niños y jóvenes, el verlos crecer, madurar y formarse como personas y jugadores, era una satisfacción que lo alimentaba, aunque llegaron personas que consideraron que su ciclo había terminado en la institución y debió aceptarlo.

"No me llevo resentimientos, Santos Laguna es una institución muy importante en mi vida, me dio mucho, pero yo le di todo, pasamos juntos los momentos más difíciles que como club ha vivido: los problemas de descenso, su posible desaparición con el asunto de Carlos Ahumada, pero siempre unidos salimos adelante, pero también me dio momentos brillantes y de gran felicidad, como los tres campeonatos que tenemos y el gusto de ver debutar y triunfar a varios de nuestros muchachos''.

 AGRADECIDO CON LA VIDA Y SU FAMILIA

A pesar de todos los obstáculos encontrados a lo largo del camino, Juanito dice estar agradecido con la vida, por haber tenido la oportunidad de disfrutar de absolutamente todo, desde tiempos de necesidad hasta lograr una posición que le ha permitido sacar adelante a su familia, siempre con las bases sólidas que da un trabajo honesto y de total entrega.

"Mis padres me dieron siempre todo su apoyo, cuando salíamos sacaban de donde fuera para que cubriera mis gastos y eso siempre se los he agradecido, por ello, cuando ganamos el campeonato de Segunda "B'', el premio que nos dieron lo invertí en arreglarles su casa y surtir la tienda de mi papá, fue algo muy importante para mí porque de ese modo le regresé un poco de lo mucho que ellos me dieron para alcanzar mi sueño de ser futbolista.

Además, puedo decir hoy que tengo una gran familia, mi esposa y mis hijos llenan mi vida y en lo personal procuro ser con ellos al igual que fueron mis padres conmigo, a fin de que cada uno de ellos logren salir adelante, justo como yo lo hice en su momento''.

 CORREDOR DE SIEMPRE

Además de vivir en su mundo, donde el futbol es su gran pasión, este lagunero tiene el gusto por el atletismo y debido a ello es que continuamente y por puro gusto corre, corre y corre; lo que en broma le ha llevado a ser conocido entre sus amigos como "Juanito Forrest Gump'', en alusión a la película que en 1994 protagonizara el actor Tom Hanks.

Ese gusto por quemar suela lo ha mantenido durante años y lejos de aminorar, éste se ha desarrollado con mayor fuerza, de modo que ha logrado hilvanar un total de ocho maratones laguneros, corridos de forma consecutiva de 2002 a 2009, además de un sinfín de competencias de 5 y 10 kilómetros, donde siempre viste con los colores de su equipo, el Santos Laguna.

Durante años, constantemente corría de su casa a las instalaciones de Santa Rita, donde por varias horas laboraba en el área de fuerzas básicas del club albiverde y posteriormente regresaba de igual forma a casa, lo mismo hacía después para trasladarse al Territorio Santos Modelo (TSM), o bien, la Unidad Deportiva Torreón, donde estaba encargado de la escuelita de futbol de los albiverdes y su liga.

 SOLIDARIO

La solidaridad es una de las palabras que por alrededor de 20 años se ha vuelto popular en México, y es una de las cualidades que posee este deportista de toda la vida, quien afirma haber tenido la fortuna de encontrar en su camino al sacerdote Manuel García (q.e.p.d.), conocido como el "Padre Manuelito'', quien al estar a cargo de la parroquia de San Rafael en la colonia Nueva Aurora, lo invitó a colaborar con él para la promoción deportiva.

"Eran muchos problemas que había en las colonias de este rumbo de Torreón y él se dio cuenta de que algo había que hacer para ayudar a niños y jóvenes, así que me invitó para organizar torneos de futbol y poco después a realizar esta misma actividad en la cárcel municipal y posteriormente en el Cereso y el Tutelar para Menores.

Hizo mucho por su comunidad, era un personaje respetado y apreciado, tanto que al morir dejó una honda huella entre los habitantes de la colonia Nueva Aurora y los mismos internos del Cereso''.

Esta experiencia al lado del Padre Manuelito, asegura el jugador, lo marcaron para siempre, al darse cuenta de la importancia de vivir para servir al prójimo y de compartir lo que se tiene con aquellos menos afortunados.

 ANÉCDOTAS

Recuerda "Juanito'' que de niño era tanto su gusto y atracción por el futbol, que cuando iba a entrar a la primaria fue premiado por su papá con unos zapatos nuevos, pero al momento de comprarlos obligó materialmente a su hermana a comprarle shoots, así que fue el único alumno que se presentó en la escuela debidamente uniformado, pero con shoots en lugar de zapatos.

Por ser un deportista de tiempo completo, acostumbrado a vestir siempre de short, pantalonera, playera y tenis, nunca se dio tiempo para tener una imagen más formal, de ahí que el día de su boda la incomodidad lo invadió por completo.

"Me daban ganas de quitarme el traje y los zapatos para ponerme mi ropa, esa con la que me sentía a gusto, pero no me dejaron, no era lo propio, así que me tuve que aguantar hasta el final del festejo''.

En otra ocasión llevó a jugar al Cereso a un equipo de la colonia Morelos, donde se enfrentaron a un equipo de internos, y al terminar, varios de los jóvenes se quedaron detenidos, al tener órdenes de aprehensión pendientes, un momento difícil para el entrenador, quien hoy lo recuerda como una gran anécdota y una importante lección.