El dique que contiene el lodo rojizo presenta una grieta que se ha ido ensanchando. Podría colapsar hoy, alertó el primer ministro. (EFE)
El muro agrietado de un depósito de sedimentos en una planta industrial podría ceder en cualquier momento y enviar un nuevo torrente rojizo de sustancias cáusticas a las localidades que fueron inundadas en un hecho similar ocurrido esta semana, dijo el sábado el primer ministro húngaro.
La grieta en el muro de cemento aumentó durante la noche siete centímetros, dijo el primer ministro Viktor Orban a la prensa, en una estación de bomberos próxima a la planta de aluminio que derramó el lunes 700 mil metros cúbicos (184 millones de galones) de agua y lodo muy contaminante. El derrame cubrió a tres aldeas en casi una hora.
Al menos siete personas murieron y cientos quedaron lesionadas a causa de ese torrente. La toxicidad de esa agua y lodo causó quemaduras a personas y animales.
Orban no precisó la anchura de la grieta pero señaló que el colapso del muro es inminente.
''El muro podría venirse abajo hoy. No puedo decir con seguridad que eso ocurrirá, pero el peligro está ahí'', dijo. ''Han aparecido grietas en el flanco norte del depósito, lo que hace muy posible el derrumbe de todo el muro'', apuntó.
El sedimento rojo es un residuo de la refinación de la bauxita para convertirla en alúmina, la materia prima para la fabricación del aluminio.
A menudo se almacena los sedimentos tratados en estanques, en los que se evapora el agua y al final queda un barro rojo que no representa peligro alguno.
Los expertos industriales afirman que los sedimentos del torrente eran muy tóxicos debido a que, al parecer, no habían recibido un tratamiento completo.
La mayor parte del derrame del lunes, cuando se derrumbó la esquina noreste del depósito, consistió en agua, mientras que el lodo, que se desplazaba con lentitud, quedó contenido en los muros restantes y en las barreras que se erigieron con rapidez frente a la sección dañada.