Hoy en día siguen existiendo músicos influenciados por la poesía, que a través de ella tratan de conseguir la trascendencia, sacrificando el lado comercial.
El rock, nacido como una música de y para jóvenes, considerado como catarsis o ruido ensordecedor, en la etapa de su crecimiento y desarrollo fue buscando nuevos caminos hacia la trascendencia. En algunas ocasiones se ha encontrado con la poesía, consiguiendo ese propósito. Al final de cuentas, tanto la lírica como la música tienen puntos de coincidencia. Del binomio rock y poesía, cuando logran mezclarse en armonía, resulta una sugerente y explosiva combinación de rebeldía y liberación.
A lo ancho del mundo, un sinfín de amantes del rock defienden y promueven a sus cantautores favoritos presentándolos como ‘auténticos poetas’. En efecto, la poesía y la música tienen vínculos cercanos y en el caso particular del rock éstos se han acrecentado. Pero no todo el rock puede considerarse poesía. Sin embargo, existen letras de canciones que bajo el amparo de la inspiración y el amplio aliento lírico alcanzan un rango literario, el cual al ser resaltado con la música consigue niveles inquietantes.
El texto que tiene entre sus manos pretende ser un muestrario -que aunque limitado intenta ser representativo- de aquellos roqueros cuyas composiciones les otorgan, en opinión de muchos, el derecho a ser considerados no sólo figuras de entretenimiento, sino integrantes del clan de los poetas, garantizando así que en su música es posible hallar algo que va más allá del espíritu del rock.
UN RITMO PROPIO
Voy a regresar antes de que la lluvia caiga
caminaré a las profundidades del bosque más negro y profundo
donde la gente es mucha y sus manos están vacías
donde las píldoras de veneno inundan sus aguas
donde el hogar en el valle encuentra la prisión húmeda y sucia
donde el rostro del verdugo siempre está bien escondido
donde el hambre es fea, donde las almas se olvidan
donde el negro es el color y ninguno es el número
y lo diré y lo pensaré y lo hablaré y lo respiraré
y lo reflejaré desde la montaña para que todas las almas lo vean
y será dura, dura, dura la lluvia que va a caer.
Bob Dylan. A Hard Rain´s A-Gonna Fall.
Atendiendo la definición de poesía, ésta se considera una manifestación del sentimiento estético o belleza, a través de la palabra. Las primeras expresiones poéticas de las que se tiene registro son canciones con significación religiosa y que se desarrollan indistintamente como himnos, odas y elegías.
Poesía y música comparten algunos conceptos en común, como es el caso del estribillo, la estrofa, el canto y el ritmo, por mencionar algunos. La poesía es, en esencia, música con un ritmo propio.
A pesar de ser complicado establecer el origen de la poesía, se han encontrado inscripciones jeroglíficas egipcias del año 2600 a. C., consideradas como los primeros testimonios poéticos de la humanidad. En cierta forma, se puede decir que son canciones de las que se desconoce la melodía y que poseen significación religiosa y aparecen desplegadas en distintos géneros.
Por su parte el rock, que surgió como el resultado de la mezcla de country, blues y el rhythm and blues (R&B), necesitó desde sus inicios desembocar creativamente en novedosos vehículos de comunicación. Uno de esos medios para poder llegar a otros es la palabra. Es precisamente con la manera de transmitirla, a través de la poética, que el rock construye una nueva vía de expresión y una forma más inquietante de contar una historia: a partir de la influencia de la obra y las actitudes, posturas y estilos primordialmente de los llamados poetas malditos, así como de los integrantes de la llamada generación beat.
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