En Bolivia. Las protestas por el alza en la gasolina no ceden, pese al aumento salarial. AP
La policía reprimió con gases lacrimógenos una manifestación de miles de personas que querían ingresar a la plaza central de La Paz, para protestar contra el alza de carburantes ordenada por el gobierno esta semana.
Sectores gremiales, como el magisterio, juntas de vecinos de La Paz, trabajadores independientes ingresaron al centro paceño gritando consignas como "que renuncie el presidente Evo Morales". El mandatario decretó un incremento de la gasolina de 73%, 83% en el diesel y 99% en el jet fuel alegando que la mayoría de estos carburantes, que el estado subvencionaba, eran vendidos en las fronteras con Brasil, Argentina, Chile y Perú a un precio mayor que en Bolivia. En la protesta se escuchaban estribillos como "que derogue el gasolinazo o que se vaya". Varios grupos de manifestantes comenzaron a lanzar piedras para abrirse paso entre las fuerzas policiales para penetrar a la plaza frente a la que se yergue el Palacio Presidencial, pero la policía respondió con gases lacrimógenos para dispersarlos. Un grupo apedreó la Vicepresidencia.
Un paro de transporte de 24 horas dejó semiparalizada a La Paz, y en otra marcha ocurrida horas antes desde la ciudad vecina de El Alto se registraron disturbios, quemaron las casetas de pago de peaje. En la región central de Cochabamba se registraron esporádicas trifulcas. La marcha de la tarde, fue determinada en una reunión de las juntas vecinales con el alcalde de la ciudad de La Paz, Luis Revilla, que pertenece al partido político Movimiento Sin Miedo, ex aliado de Morales.
El aumento repercutió de inmediato en los costos de alimentos básicos como el pan y el azúcar, así como un alza en las tarifas de transporte de entre 60% y 80%.
