Fuerza. Militares brasileños disparan mientras hacen un operativo en la favela de la Grota en Río de Janeiro, Brasil. EFE
Presuntos narcotraficantes sufrieron la baja de uno de sus jefes, Ricardo Riveiro (alias Faustao), luego de recibir un ultimátum de rendición que venció a medianoche de parte de las autoridades policiales. Hasta pasadas las 22 horas, se contabilizan más de 50 muertos y 32 detenidos.
El gobernador de Río, Sergio Cabral, pidió el apoyo de la sociedad al operativo contra los traficantes de drogas.
En uno de los ingresos al Complexo del Morro do Alemao, compuesto por 12 favelas, Riveiro fue detenido junto a uno de sus secuaces, Tacio Fernando Faustinho, más conocido en la organización Comando Vermelho como Branquinho.
"Un automóvil intentó atravesar nuestro bloqueo y fueron baleados el jefe del tráfico de Manguinhos y el segundo en la jerarquía de (favela) Vila Cruzeiro, que fueron entregados a la Policía, que los encaminó al Hospital Carlos Chagas", declaró el coronel Enio Zanan, portavoz del Ejército. Desde el pasado viernes, 800 militares controlan la favela de Vila Cruzeiro y los principales accesos al Morro, hacia donde se fueron cientos de miembros de las dos organizaciones narcotraficantes más importantes del área.
El ultimátum fue lanzado luego que una tanqueta intentara ingresar a las calles centrales del Complexo y fuera repelida por una intensa balacera de parte de los narcos. "El plazo es hasta el final del día, cuando el sol se ponga. La decisión (de intervenir) es de la Secretaría de Seguridad. Nosotros tenemos superioridad, equipos con visión nocturna. Si llega la orden, tomaremos este pedazo de tierra por la noche", adelantó el portavoz de la Policía Militar, Lima Castro.
Ayer mientras el ministro de Defensa Nelson Jobim, y el gobernador carioca, Sergio Cabral, acordaban el rol del las Fuerzas Armadas en la represión a los narcos, ante las objeciones de algunos generales por "tener que recibir órdenes de la Policía", el presidente Luiz Inacio Lula Da Silva expresó su "alegría de saber que tenemos fuerza para vencer al crimen organizado".
Los narcos abrieron fuego ayer contra el general Fernando Sardemberg, jefe del operativo militar, mientras patrullaba al frente de soldados las calles de una de las favelas del Complexo. "Ellos tienen poder de combate, esas armas están en poder de muchachos jóvenes, lo cual torna la situación más compleja. Tiraron hasta con balas trazadoras (con infrarrojos)", expresó el general Sardemberg.
"Estamos controlando todas las salidas (de la comunidad) garantizando el derecho de ir y venir. Estaremos aquí hasta que se defina la situación", dijo el militar. Los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los narcos arrancaron allí el viernes, pero se prolongan desde el pasado fin de semana, cuando en Vila Cruzeiro los narcotraficantes comenzaron con hostilidades y el incendio de vehículos.
Los hombres del Ejército y la Marina que actúan en las favelas son veteranos de la intervención en Haití tras la caída de Jean Bertrand Aristide, en 2007. Ahora, con las favelas atravesadas de violencia y terror, todos en Río esperan una resolución de la guerra, a más tardar en la tarde de este domingo. Siempre y cuando los narcos acaten el ultimátum, o bien, decidan morir como han vivido: matando.
