Soldados del Ejército toman el aeropuerto de Quito en medio de las manifestaciones.
Cientos de policías rasos se tomaron el jueves el principal cuartel policial de Quito y otros cuarteles en algunas ciudades como protesta por una nueva ley que aducen le quitará beneficios económicos y agredieron verbalmente y lanzaron agua al presidente Rafael Correa que llegó hasta el edificio ocupado.
Ante la ausencia de policías en algunas ciudades, se reportaron saqueos de comercios.
Efectivos de la fuerza aérea procedieron a cerrar las instalaciones del aeropuerto de la capital, dijeron los medios de prensa. Una funcionaria del aeropuerto dijo telefónicamente a la AP que "las operaciones han sido suspendidas". Ella declinó identificarse por no estar autorizada para dar información.
En declaraciones a la prensa, Correa llamó "ingratos" y "bandidos" a los policías rebelados que rechazan la nueva Ley de Servicios Públicos, que les extiende de 5 a 7 años el tiempo para ser ascendidos y les quita algunos beneficios económicos..
"Son unos ingratos, bandidos, nadie ha apoyado tanto a la policía como este gobierno", dijo Correa.
Con quema de llantas, bombas lacrimógenas y golpes, los agentes policiales se tomaron cuarteles policiales en Quito, Guayaquil y otras ciudades, cerraron las carreteras de acceso a la capital, según reportes de las radios y canales de televisión, que mostraron imágenes de los incidentes.
El ministro Coordinador de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, dijo a la prensa que "esta situación es generada por desinformación" y afirmó que los policías no se verán afectados por esta nueva ley.
Carvajal añadió que esperaba que la situación se normalice en las próximas horas.