Pone su toque a Robin Hood
Dicen que infancia es destino y ese es el paralelismo que podría asignarse al héroe medieval Robin Hood y su reciente personificador, el actor neozelandés Russell Crowe.
Si el bandolero que robaba a los ricos para dárselo a los pobres se convirtió en lo que era al ser abandonado por sus padres, el ganador del Oscar vio cómo su infancia transcurría entre filmaciones, gracias a que su familia se encargaba de preparar la comida en los sets.
Si Robin Hood se ganó el respeto del pueblo, y el odio de los gobernantes, Russell ha recibido varios reconocimientos, como la estrella en el paseo de la fama de Hollywood que se le entrega hoy lunes, a pesar de los escándalos y pasajes de violencia que ha protagonizado.
Entonces no es raro que cuando la película se estrene internacionalmente en el Festival de Cannes, en mayo próximo, haya quien vea gran semejanza entre Hood y Crowe. “(En la película) Seguimos a un hombre en un viaje de autodescubrimiento. Se da cuenta de que el destino lo ha superado y él se ha unido a algo mucho más grande de lo que pensó”, dice el actor de 46 años en los apuntes de producción del filme.
Para este personaje Crowe leyó más de 30 libros sobre Robin Hood de fines del siglo 12 y 13. Y junto a el director Ridley Scott, con quien ya trabajó en la taquillera Gladiador, creó a un hombre que no necesariamente era bueno al cien por ciento. De hecho el actor siempre se imaginó que por su carácter, el primer encuentro entre Robin Hood y “El pequeño Juan” (Kevin Durand) debía tener un pequeño altercado para darle vida.
“Lo mejor de todo es que en la película hemos podido contar con chicos que son atletas y el aspecto físico es importante, además de que tienen un increíble sentido del humor”, dice Crowe.
Y la leyenda del bosque de Sherwood está a unas semanas de volver a cabalgar a lado de Cate Blanchettm quien interpreta a “Marian”, Matthew Macfayden será el sheriff de Nottingham y William Hurt como “William Marshall”.
Un niño latoso
Russell Crowe fue un niño amable, aunque eso fue cuando tenía unos cinco años. Sus papás eran responsables de la comida que servían en los sets de cine y televisión en Sydney, Australia, y ocasionalmente los ayudaba.
Pero a los 10, dicen sus biógrafos no oficiales, ya fumaba. Y le gustaban los juegos rudos sin importarle la mella que hicieran en su físico: durante un partido de futbol se rompió un diente y ante su negativa de ir al dentista, le cancelaron una serie en la televisión local, donde ya era estrella por producciones como Spyforce.
A principios de los 90, la famosa Sharon Stone (con quien se dice tuvo un romance) lo conoció en una película y convenció a Sam Raimi para que lo contratara para ser coprotagonista en Rápida y Mortal. Con esto se catapultó, de acuerdo con palabras de la protagonista de Sliver, como el hombre más sexy que había visto el mundo. Y esa cualidad vale oro en la Meca del Cine.
Su siguiente trabajo, Virtuosity, lo hizo compartir reparto con Denzel Washington en un film emocionante que le abrió las puertas de grandes producciones.
Entonces Crowe mostró su gusto por la transformación y el compromiso con sus personajes. En The Insider se echó encima unos cuantos kilos para interpretar a un directivo empresarial del sector del tabaco que era obeso y 15 años mayor que el actor. Después volvió a esculpir sus músculos en Gladiator, que más tarde abandonó para protagonizar Una Mente Brillante y que volvió a ponerse para Master and Commander.
El costo de forzar continuamente su cuerpo ha sido alto, a grado tal que ha puesto en peligro algunos rodajes. Para Cinderella Man, la producción aplazó las fechas de filmación, pues el actor se dislocó un hombro durante un entrenamiento con un boxeador. “Si tengo una reacción física a un guión, si se me pone la carne de gallina; si me sale una lágrima, entonces es el proyecto que tengo que hacer y me dedico al cien por ciento”, dijo el actor en una ocasión.
Crowe ha sido calificado por diversos actores como el mejor de su generación. De hecho hay quien dice que pese a sus ataques violentos, es un actor que puede hacer interesante una historia por su aspecto de hombre rudo.
Y vaya que lo es en la vida real. Se ha visto envuelto en peleas en centros nocturnos, en restaurantes y hasta con un empleado de hotel, a quien le aventó un teléfono luego de no poder comunicarse con su esposa. Con la prensa también ha tenido roces. Crowe la acusa de meterse en asuntos privados de los famosos, en lugar de dar cobertura a la pobreza y violencia del mundo. Aun así sus amigos cercanos lo tildan de un hombre leal. Él se define a sí mismo así: “La gente podría decir que soy intransigente, pero en realidad sólo soy un hombre recto. Si alguien me mira a los ojos y me da la mano para un trato, espero que lo cumpla.
Algo debe ser cierto. Porque si Robin Hood ha perdurado a través de los ciclos como un icono de la justicia, Crowe pasará a la historia como uno de los mejores actores y más controvertidos en el cine contemporáneo.
Regresa el héroe
Los ladrones de los pobres que se escondían en el bosque de Sherwood volverán a la acción en pleno siglo XXI. Robin Hood es el cuarto proyecto que unirá al actor Russell Crowe como protagonista y Ridley Scott como director. Los anteriores fueron Gladiator, A Good Year y American Gangster.
La nueva versión es algo más amable con la figura del sheriff de Nottingham y duda de la generosidad legendaria de “Robin Hood” en los bosques de Sherwood. Douglas Fairbanks fue el primer “Robin Hood” (1922) del celuloide en versión muda dirigida por Allan Dwan. Aunque, sin duda, por muchas nuevas versiones que se hagan, la imagen asociada al mítico personaje es la del actor Errol Flynn. El magnetismo del actor marcó la época dorada de los héroes de Hollywood, cautivaba con su sonrisa pícara, su agilidad de movimientos y sus destreza con la espada.
Ahora toca el turno a Crowe, quien tras recibir su estrella hoy en el paseo de la fama, alcanzará el estatus de grande.