Sin autorización. Después de un largo burocratismo para reunir la papelería necesaria, Grupo Chaco aún no recibe la autorización para ser una empresa destructora dentro del programa de chatarrización.
Siguen las contradicciones y trabas para ser una empresa destructora autorizada.
Después de 5 meses de largos trámites ante el SAT y otras dependencias de Gobierno, Grupo Chaco sigue sin poder tener el visto bueno de la Secretaría de Economía (SE) para obtener el permiso y convertirse en una empresa destructora autorizada.
Mientras AMDA informaba recientemente que el Programa de Renovación Vehicular seguía vigente, ya que hay 4 marcas que cuentan aún con recursos disponibles para dar el subsidio de 15 mil pesos, y que Coahuila ha destacado con importantes ventas, la Subdelegación de la SE en Torreón confirmaba por segunda ocasión, que los recursos ya están comprometidos y que el programa ya había vencido, por lo que se negaban nuevos permisos para chatarrizar vehículos.
El interés de la empresa lagunera en participar dentro del Programa de Renovación Vehicular (PRV) nace en agosto de 2009, tiempo en el cual arrancó el esquema a nivel nacional y ofrece un subsidio de 15 mil pesos para destruir una unidad vieja y adquirir una nueva de las plantas automotrices que operan en México.
El trámite ante el SAT tardó 2 meses y medio, pese a que se realizó en la Ciudad de México, y otro tanto de espera para hacer el cambio de uso de suelo en el Ayuntamiento, debido al cambio de Administración municipal. El camino andado por parte de Chaco ha sido largo, ya que a finales de diciembre de 2009 lograron reunir la papelería que demanda Semarnat, SAT y del Municipio, por lo que al acudir en enero de 2010 a las oficinas de la SE de esta ciudad, se encontraron con la novedad de que los recursos se habían terminado, y por ende, el programa había cerrado a nivel nacional. Por esa razón, dijo Juan Negrete Díaz Flores, director de Grupo Chaco, no fue recibida la documentación para realizar el trámite ante esta dependencia de Gobierno y con ello, la oportunidad de tener en La Laguna y en Coahuila la primer empresa destructora de autos autorizada por la SE, al igual que la que obtuvieron firmas como Derichebourg, DeAcero y SIMEC, entre otras.
La estimación hecha por Negrete Díaz Flores, es que si se reportan 450 unidades destruidas en Coahuila por parte de ADAC, esto equivale a 450 mil kilos de chatarra, la cual se compra en promedio a 2.20 pesos el kilo, por lo que no han llegado a los bolsillos de los laguneros 990 mil pesos.
Relata Negrete Díaz Flores, que se han tocado muchas puertas para lograr la autorización, sin embargo, todas ellas se han cerrado y no dan una explicación que convenza del por qué se niega el permiso, si se prevé que habrá una segunda etapa en 2010. "Nos interesó como empresa (el participar dentro del Programa), y por el beneficio que le da a la gente el recibir un sobreprecio por el auto, además del subsidio".
Contradicciones en SE
Patricia Moreno de Puente, directora de la Asociación de Distribuidores de Automotores del Estado de Coahuila (ADAC), expresó que hay contradicciones por parte de la Secretaría de Economía a nivel central, ya que en reuniones se invita a que se terminen los recursos por 250 mil pesos destinados en una primera etapa dentro del PRV, pero por otra señalan otros funcionarios de la misma dependencia que no es posible dar nuevas autorizaciones para ser empresas destructoras, si ya se terminaron los recursos y el programa ya venció.
Dijo que las cosas se complican para continuar con el mismo ritmo de ventas de unidades nuevas, ahora que sólo cuentan con recursos del subsidio marcas como Ford, Honda, Toyota y Chrysler.
Mencionó que aún cuando ha tenido un buen servicio por parte de la planta de Ecatepec, Derichebourg, ahora se le dificultará el reunir un mínimo de 10 unidades para traer la unidad móvil a esta región y realizar la destrucción de unidades viejas. Por ello, apoya que se autorice a una empresa de La Laguna para destruir unidades viejas y vender autos nuevos.
Por su parte, agencias de autos consultadas y que tienen aún recursos, dijeron que les interesa dinamizar la chatarrización de autos y vender unidades nuevas teniendo una empresa destructora local.