"Vamos a recuperar Cananea,
Le duela a quien le duela."
Antonio Navarrete
Finalmente la Policía Federal tomó este 6 de junio las instalaciones de Minera Cananea que se encontraban bajo control de la sección 65 del sindicato minero de Napoleón Gómez Urrutia. Si bien la Secretaría de Gobernación reportó un saldo blanco, el sindicato informó que dos mineros fueron heridos de bala, dos más están desaparecidos y varias mujeres y niños fueron lesionados. No explicó qué hacían estas mujeres y niños en la mina.
La dificultad del operativo era enorme. Javier Zúñiga, secretario del trabajo del sindicato, había dicho el 22 de abril que si las autoridades trataban de intervenir él mismo prendería fuego a una pipa con seis mil litros de gasolina. Al final sí hubo un incendio, y un grupo de mineros trató de impedir el acceso a los bomberos, pero fue controlado sin problemas.
En 2006 un fallido intento de policías federales y michoacanos por recuperar las instalaciones de la siderúrgica Sicartsa, en una huelga declarada inexistente, dejó un saldo de dos muertos y decenas de heridos en Lázaro Cárdenas. Después de un tiempo el grupo mexicano Villacero vendió la planta a Mittal Steel, un consorcio indio.
En el caso de Cananea, el sindicato perdió la última batalla jurídica en febrero, cuando un juez rechazó otorgar amparo contra la decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que declaró concluidas las relaciones laborales. Napoleón, sin embargo, se negó a entregar las instalaciones.
La toma de la mina empezó en julio de 2007 cuando el sindicato declaró huelgas en Cananea, la mayor productora de cobre del país, en Sombrerete, Zacatecas, y tres minas de Taxco, Guerrero. Si bien la empresa rechazó haber violado el contrato colectivo o las reglas de seguridad, como sostenía el sindicato, se "allanó" a las exigencias que se le hacían. En otras palabras, declaró estar dispuesta a remediar cualquier falta que se le señalara en concreto.
Pero el sindicato estaba más interesado en presionar a Grupo México que en remediar supuestas faltas. Napoleón acusa a la empresa de haber apoyado a los mineros que emprendieron acciones legales en su contra por la apropiación de un fideicomiso de 55 millones de dólares.
La huelga ha tenido un costo brutal para Cananea, población que vive en buena medida de la mina. Los sueldos de los trabajadores eran altos: pero, además, en mayo de 2007 cada uno recibió un reparto de utilidades promedio de 375 mil pesos. Hoy la mayoría vive de migajas.
Las pérdidas para el país han sido también enormes. Según la Cámara Mexicana de la Industria Minera, los paros en Cananea y otras minas han tenido un costo de 3,200 millones de dólares. Grupo México ha seguido surtiendo a sus clientes, pero con cobre producido en Perú y Chile.
Habrá que ver ahora si la mina puede reanudar actividades. El sindicato de Napoleón sigue teniendo un enorme poder y ha recibido promesas de apoyo de Francisco Hernández Juárez, diputado por el PRD y líder del Sindicato de Telefonistas, y de Cruz López, diputado por el PRI y dirigente de la Confederación Nacional Campesina. También lo respalda el Sindicato Mexicano de Electricistas.
Para que la operación de Cananea se restablezca será necesario asegurar que la empresa y sus trabajadores no sean objeto de agresiones. Pero ayer mismo Antonio Navarrete, vocero sindical, advirtió: "Vamos a recuperar Cananea, le duela a quien le duela... La primera revolución llegó del norte y parece que la siguiente va a volver a venir del norte."
No imagino que haya sido coincidencia. La madrugada de este 7 de junio un equipo de trabajo de Industrial Minera México entró, protegido por policías, a la mina de Pasta de Conchos, Coahuila, donde el 16 de febrero de 2006 una explosión dejó un saldo de 65 mineros muertos. Si bien la empresa ha anunciado que no reanudará operaciones, un grupo de familiares impedía el ingreso de trabajadores, incluso de seguridad o mantenimiento.
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