¿Por qué mi hijo aún no habla?
La llegada de un bebé a casa, puede ser la experiencia más maravillosa para los padres. Pero ésta es aún más grande cuando los llama por primera vez “papá” o “mamá”.
Este gran acontecimiento puede darse entre los nueve meses y al año de edad. De no suceder, es una señal de un problema de lenguaje e incluso psicomotor.
La psicóloga Sacnité Guadalupe Macías Morales explica que las causas son multifactoriales. Sin embargo comenta que es necesario descartar que no exista paladar hendido en el pequeño o una malformación en su boquita e incluso, un daño en las cuerdas bucales.
Tras descartar lo anterior, es necesario realizar estudios a nivel cerebral. “Al desechar la probabilidad de que exista un daño físico, es necesario contemplar un problema intelectual.
Macías Morales comenta que parte de esta problemática que, alrededor de un dos por ciento de los niños de la región lagunera presenta, en gran parte es causa de los padres. Y es que asegura que la estimulación del lenguaje es importante para el desarrollo de los bebés.
“Entonces, cuando a un niño que se le da todo con sólo pedirlo a través de señas, va a tardar más en su proceso de lenguaje, es decir, no se le ha estimulado lo suficiente”, indica la psicóloga, quien recomienda a los nuevos padres ejercitar el leguaje del bebé.
¿Qué dijo?
Pero no sólo este tipo de problemas se presentan dentro de los primeros años de vida del pequeño, sino también, el expresarse con claridad.
La psicóloga comenta que durante su desarrollo, los menores se topan con diversas dificultades al hablar, como el pronunciar sílabas con la letra r. No así, con aquellas con m y la p, como las palabras mamá y papá. Generalmente, esta situación se presenta entre los tres y cuatro años de edad. “Esto es totalmente normal”.
Así mismo, comenta que existen otros padecimientos más serios, como lo es la dislexia. Se trata de una deficiencia de la lectura, escritura y lenguaje de una persona, ocasionada por la alteración de las zonas cerebrales que controlan el lenguaje. “Por lo general lo vamos a detectar cuando el niño está en la escuela”, dice.
Es un padecimiento en el que los niños cambian algunas letras por o otras, por ejemplo la d por la b, la p con la q, y los números en ocasiones son escritos al revés. “Podemos poner solución ubicándolos en el espacio-tiempo, cuál es su izquierda y cuál es su derecha, y poco a poco irlo introduciendo hasta llegar a lo más pequeño como son las letras”, indica Macías Morales.
Esto se puede lograr con el apoyo de un especialista. La psicóloga agrega que este singular problema es traducido por los padres, al desconocer totalmente que el menor lo presenta, como que el niño es un flojo, que no aprende o no sabe, “y en realidad no es así. Cuando el padecimiento es tratado, su aprendizaje será totalmente normal”, aseguró.
Otro de los problemas de lenguaje que presentan los pequeños, es el del acomodo de las palabras en una oración. Y es que a su corta edad, los niños no tienen conciencia de la sintaxis de los enunciados, por eso no tienen una idea clara, es muy fácil que digan, “mañana me compraste mi pelota”, “no tiene conciencia de tiempo y espacio”, comenta la especialista. Esta situación llega a presentarse entre los cinco y seis años de edad, que como todas las anteriores, tiene solución.