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Por salud, haga el amor

 Si existe una medicina con enormes usos y grandes alcances dada a la humanidad, esa es la satisfacción de sentirse deseado y saberse amado. Hombres y mujeres por igual son testigos de este hecho.

Si existe una medicina con enormes usos y grandes alcances dada a la humanidad, esa es la satisfacción de sentirse deseado y saberse amado. Hombres y mujeres por igual son testigos de este hecho.

Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

¿Ha escuchado que el sexo es bueno para su salud? Créalo. Esta afirmación tiene sus fundamentos, pues en verdad cada encuentro sexual compartido con el ser amado trae consigo una serie de beneficios físicos y emocionales que ayudan a tener una vida saludable.

Desde tiempos milenarios se afirma que quienes practican con regularidad el acto sexual y alcanzan el éxtasis nunca llegan a ser viejos. Tanto en la antigua China como en los textos sagrados de la India se incita a los seres humanos a vivir plenamente la sexualidad, pues según se dice está asociada a la longevidad. No por nada los añosos hombres y mujeres de Oriente, sin presumir, informan que hacen el amor por lo menos cuatro veces a la semana y en ocasiones más seguido.

¿Pero tienen razón los asiáticos? ¿Realmente el sexo ayuda a lograr una vida más saludable, más plena? Veamos a continuación algunos aspectos benéficos que se obtienen cuando la vida sexual es frecuente y gozosa. Sobra decir que en todos los casos que mencionamos nos referimos al coito entre una pareja estable, pues es sabido que los encuentros ocasionales con diferentes individuos representan un riesgo para la integridad, empezando por el peligro de contraer enfermedades venéreas.

Circulación ‘de primera’

Cuando una pareja está en pleno arrumaco, tocándose, frotándose o copulando, su sistema circulatorio funciona de manera acelerada. La sangre que corre contribuye a la erección del varón y la lubricación vaginal de la fémina, pero también fluye con mayor eficiencia por todo el cuerpo.

Esto es magnífico, pues recordemos que la sangre trasporta y reparte oxígeno, nutrientes y hormonas al organismo, entre muchos otros elementos. Además, hacer el amor a menudo mejora el equilibrio de la tensión arterial.

Por otro lado, la respiración aumenta de frecuencia en las personas excitadas. De este modo se incrementa la oxigenación del cerebro.

Optimización del ‘equipo’

El hombre recibe un gran beneficio al eyacular, pues su próstata es la encargada de producir el líquido lechoso que se une a los espermatozoides al salir en la eyaculación, y al cumplir esa función se mantiene en excelentes condiciones, reduciendo el riesgo de sufrir cáncer de próstata.

En la mujer, las contracciones vaginales que acompañan a la sensación placentera del éxtasis sexual hacen un proceso reparativo y de mantenimiento gozoso de su aparato genital, y favorecen la regularidad en los ciclos menstruales; asimismo la acentuación en la producción de ciertas hormonas como la oxitocina ayuda a prevenir la aparición de cáncer de mama.

Satisfacción y sistema inmunitario

Lo que llamamos sistema defensivo de nuestro organismo se ve ampliamente beneficiado en cada encuentro, al llegar al orgasmo. Y es que el éxtasis sexual provoca la liberación de endorfinas, sustancias que provocan una sensación de placer y relajación física y mental; asimismo, el clímax disminuye la oxidación celular. El cuerpo humano actúa de manera sinérgica -es decir todos sus componentes se apoyan para su mejor funcionamiento- y quienes llevan una vida erótica intensa renuevan sus células, incluyendo las defensivas.

Al mismo tiempo, el vigor sexual libera endorfinas y otras hormonas, las cuales hacen que los dolores, achaques, molestias, estrés o preocupaciones pasen a segundo plano, e incluso renuevan el ánimo.

Músculos y esqueleto

¿Ha visto la cara de satisfacción que le queda después de un orgasmo? Es preciso que chupe un limón antes de salir o lo van a descubrir... Pero no sólo sus músculos faciales guardan huellas del gozo: los del resto del cuerpo, así como los huesos, se ven favorecidos. Para el organismo hacer el amor es equivalente a practicar ejercicio aeróbico, perfecciona el tono muscular tanto en varones como en féminas. Visto de este modo, tener relaciones puede ser tan efectivo para quemar calorías como salir a correr; una sola sesión amatoria quema de 200 a 400 o más calorías, variando según la duración del encuentro, la posición, etcétera. Basta con un beso intenso para comenzar a gastar energía. ¡Ándele, a hacer la tarea, pero ahorita mismo!

Para dormir como angelitos

No es por insistir en que el sexo es bueno, en verdad las relaciones sexuales placenteras son la manera ideal de terminar la faena diaria y descansar plácidamente por la noche, aunque también el ‘mañanero’ puede ser una alternativa para quién tiene muchas cosas que hacer durante el día.

Aquellas parejas que necesitan liberarse del estrés físico y/o mental antes de dormir, deben tomar la decisión de ‘darse el sí’ bajo las sábanas. Indudablemente dormirán contentas, despertarán sintiendo que descansaron a plenitud e iniciarán el nuevo día con mayores bríos.

Tratamiento de belleza

La fogosidad con que se emprenda la tarea de amarse espiritual, emocional y físicamente, y la obtención del clímax, producirán un efecto inmediato en la piel, tornándola tersa, suave, e invitadora al tacto, gracias a que el sexo aumenta la producción de estrógenos. También las uñas de manos y pies dejarán su fragilidad, volviéndose firmes e incluso el cabello lucirá más brillante. Piénselo: ni el más exclusivo de los tratamientos estéticos tiene esos efectos, ni ofrece el placer agregado.ç

Además, no existe mejor reflejo de la pasión que unos ojos brillantes. La mirada de ellos y ellas por igual, al alcanzar uno o varios orgasmos, cobra un brillo especial, pues sus pupilas se contraen al ritmo de las contracciones sexuales.

POR SALUD EMOCIONAL

Si existe una medicina con enormes usos y grandes alcances dada a la humanidad, esa es la satisfacción de sentirse deseado y saberse amado. Hombres y mujeres por igual son testigos de este hecho; cada mañana millones de seres humanos se levantan listos para enfrentar toda clase de tropiezos, estimulados por el disfrute que mantienen con su ‘otra mitad’.

Una motivación extraordinaria para vivir es la gratificación sexual compartida. Un pequeño éxito amatorio, un orgasmo fugaz, puede devolverle al individuo el ímpetu, las ganas de gozar y echar a jalar la poderosa máquina humana a fin de conquistar un reino, confrontar una enfermedad o superar cualquier obstáculo cotidiano.

Y de ninguna manera esto es una exageración. La experiencia nos muestra que quienes buscan optimizar su vida sexual y lo logran, notan que ese panorama de satisfacción equivale a los mejores logros en la vida. Así como el deleite sexual con el ser amado constituye y conforma un sistema defensivo orgánico más eficiente, también da lugar a la prosperidad emocional.

¿Cuántas veces comió hoy? ¿Cuántas veces fue al baño? ¿Cuántas veces hizo el amor con su pareja? Tampoco se trata de saltar a la cama varias veces al día, no caiga en el error de considerar que la penetración es la única manera de dar y recibir placer. Nada más alejado de esa idea; la verdad es que a cada segundo que pasa en compañía del varón o mujer que ama y desea, es posible consentirse en múltiples formas: besos, caricias, palabras de reconocimiento físico, emocional, etcétera. Hacer el amor inicia con una conversación sugestiva de lo maravillosos que serán los momentos compartidos.

Los oídos son como cuencas en donde se pueden verter las palabras sugerentes y la reacción psicofisiológica de la excitación es tan amplia y profunda como el acto coital.

EL CÍRCULO VIRTUOSO DEL AMOR

Cada día es una oportunidad irrepetible, cada segundo que pasa no debe perderse en la excitante carrera de la vida en pareja.

El cuerpo funciona como una maquinaria perfecta, donde cada función sostiene y apoya a otra. Así también, en la intimidad los cónyuges necesitan tener presente en todo instante lo que le gusta a uno y al otro, buscar el placer complaciendo. Mantener la esperanza siempre abierta desata fuerzas interiores que permiten el goce del presente.

La satisfacción sexual es aliada de la pareja. Aun quien atraviesa por una situación muy difícil, que siente que las penas le pesan en el alma, puede tomar fuerza del amor, la pasión y el deseo que le une a su compañero de vida.

La salud física, mental, social y espiritual, implica disfrutar del sexo sin culpa, sin buscar excusas o justificaciones para gozar. Toda pareja bien avenida mantiene a lo largo de los años una comunicación más que satisfactoria.

El paso del tiempo trae consigo una serie de cambios en nuestro organismo, pero como ya vimos es posible hacerles frente a través de la unión sexual con esa persona a quien llamamos ‘otra mitad’. La salud sexual implica que los amantes estén dispuestos a ajustarse al efecto de los años y las enfermedades que llegan con la edad. Los abuelos, al igual que los jóvenes, tienen el mismo derecho a ser felices, a sentirse plenos, a saberse necesarios.

Vivir sanamente es tomar cada oportunidad que la vida nos da, es el instante único e irrepetible de ser felices, aquí y ahora, bajo el mismo techo. Así como atendemos los consejos de nutrición que nos llegan por ahí y allá, así como buscamos cuidar nuestra salud asistiendo al gimnasio o saliendo a trotar, podemos compartir con nuestra pareja el sexo como una excelente alternativa para trabajar en el bienestar de cuerpo y mente; seguramente notaremos que nuestro organismo, nuestro ánimo y el vínculo que compartimos con el ser amado, se verán fortalecidos.

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Así como atendemos los consejos de nutrición que nos llegan por ahí y allá [...], podemos compartir con nuestra pareja el sexo como una excelente alternativa para trabajar en el bienestar de cuerpo y mente.

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