La palabra "manipulación" se deriva del vocablo latino "manus", que significa mano. En este artículo vamos a emplear dicha palabra como la intención de alguien de controlar a las personas; sus sentimientos, pensamientos y conductas, sin su consentimiento.
Los expertos manipuladores saben cómo hacer sentir mal a los demás y así obtener algún provecho. Existe una relación entre lo drástico de la manipulación y los resultados que alcanza: miedo, culpa, vergüenza, humillación -casi se puede palpar la transferencia de la energía negativa.
Cuando alguien trata de manipularte, se esfuerza en dirigirte, por lo que vas a necesitar recurrir a: un sistema de defensa propia no combativa como protección.
La manipulación puede ser de naturaleza personal o impersonal -agresiva o pasiva. Para explorar las diferentes caras de la manipulación revisemos algunas actitudes del manipulador:
*Utiliza la ira siempre que puede.
*Humilla a las personas, especialmente en público.
*Controla a aquéllos que se propone.
*Niega la manipulación: "¿Quién yo? ¿Qué hice?".
*Exagera su propia importancia.
*Tiene como armas el miedo combinado con la culpa.
*Usa mentiras piadosas siempre que puede.
*Intimida a la persona valiéndose de comentarios injuriosos.
*Juzga a los demás sin compasión.
*Lo sabe todo.
*Vive la vida de los demás. Sabe mejor que ellos lo que necesitan.
*Trata de organizar la vida de otros.
*Adquiere poder aprovechando toda ocasión.
*Termina cualquier discusión, si no se puede imponer.
*Emplea la frase "deberías de" con frecuencia.
*Se vale de otros para alcanzar sus fines.
*Se aprovecha de la vulnerabilidad de otros.
*Grita a los demás siempre que puede.
Para contrarrestar esta larga lista de conductas destructivas están el amor y la preocupación por los demás, sin tratar de ganar poder y control, sino una sana interacción con las personas.
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