Apreciables lectores:
No importa lo reducido que sea tu desempeño -aun cuando estás tan solo a cargo de ti misma- necesitas tener una visión, una meta para tu área y una conciencia de cómo los pasos que des pueden hacer posible tu objetivo.
La palabra visión tiende a sonar grandilocuente. Sin embargo, una visión provechosa deberá estar cimentada en la realidad. Ian Wilson, prestigiado consultor empresarial, dice que una visión es: "Un planteamiento coherente de lo que una empresa y su personal puede y debería ser". "Puede" y "debería" son palabras clave. La palabra "puede" tiene que ver con los recursos y habilidades propios. La palabra "debería" se relaciona con los valores y aspiraciones.
Cuando proyectes tu visión, ésta debe ser muy específica, incluye tu meta y las instrucciones para alcanzarla; probablemente, lo más aconsejable para facilitar este proceso es en primer lugar saber con lo que cuentas.
Una vez que hayas estructurado tu visión, no la almacenes en tu mente... escríbela en una sola oración -aunque esto parezca una tarea de primaria. Al escribirla te ayudará a cristalizarla y poder referirte a ella constantemente.
Ahora es tiempo de ejecutarla bajo una serie limitada de acciones basadas en la realidad y que puedas cumplir. Debes arrancar, pero dando pequeños pasos y una vez entrando en acción trata de lograr un máximo impacto.
No importa qué tan segura te sientes en tu desempeño, no vas a lograr tus propósitos a no ser que otros participen y estén motivados a cooperar contigo. Un acercamiento lógicamente válido capta la imaginación de los interesados y los hace sentirse parte de tu proyecto.
Una vez que entras en acción y externas tu visión no va a faltar un "aguafiestas" que se va a dedicar a desanimarte. No le prestes atención a este tipo de aguadores que florecen por doquier. Por supuesto que debes poner atención a los comentarios de los demás, pero una vez que estás segura a dónde quieres llegar no debes permitir que los pesimistas te estorben.
Una vez logrado este propósito, otro concepto esencial será hacer un recuento de tus avances, para ello es indispensable que pongas atención a tus instintos a nivel viseral para cerciorarte si tu visión va bien. ¿Te entusiasma? ¿Te hace cantar cuando vas manejando tu carro para ir al trabajo?
No importa qué tan bien esté configurada tu visión, habrá ocasiones en que la cuestiones. Quizás una contrariedad te hace dudar si tu plan es realizable. En estos casos es recomendable no tomar ninguna decisión por algunos días y no compartir tus dudas con tus compañeros.
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