CUANDO LA TENSIÓN AVANZA
¿Eres tú la figura de una persona fría, calmada, eficiente, frente a las múltiples distracciones o ante el menor problema pierdes el control? Todas experimentamos un cierto grado de tensión en nuestra vida diaria, pero si tú habitualmente te estresas y no puedes sobrellevar a las personas, a tu trabajo o a ti misma, te estás enfilando hacia varios problemas. Éstas son algunas formas de acción positiva para reducir la tensión y lograr mejorar tu balance emocional:
ESCÁPATE POR UN RATO
Cuando las cosas van mal, a veces ayuda el cambiar de ambiente. Sufrir la situación es como un castigo, no una acción constructiva. Aléjate del lugar el tiempo suficiente para recuperar tu balance.
VENTILA TUS PROBLEMAS
No los embotelles, desahoga tus preocupaciones en alguna persona sensata de tu amistad. Esto alivia la tensión, ayuda a ver el problema con objetividad y a resolverlo.
MITIGA TUS TENSIONES
Si te sientes que vas a estallar a la mínima provocación, controla el impulso, canalízalo a una actividad física.
TOMA LAS COSAS CON CALMA
Luchar por alcanzar la perfección en todo es admirable, pero es también una invitación abierta al fracaso, hay quienes viven en constante estado de ansiedad, porque no han logrado alcanzar sus metas. Decide qué es lo que haces mejor y hazlo. Esfuérzate en adquirir otros conocimientos, pero sin tratar de lograr lo imposible.
MODERA TUS EXPECTATIVAS
No esperes demasiado de los demás, recuerda que toda persona tiene sus propias virtudes, defectos y sus derechos individuales. Reconoce los buenos puntos de las personas que te rodean y ayúdalas a que los desarrollen y todos se sentirán mejor.
HAZTE PRESENTE
Mucha gente se siente relegada cuando en realidad los demás son los que están esperando un acercamiento por parte de ellos. En lugar de alejarte, no esperes a que te busquen, sé tú la que te haces presente. Hay una línea intermedia entre aprontarte y retraerte.
CADA COSA A SU TIEMPO
Para la gente en tensión aún la carga diaria de trabajo le parece insoportable; si esto te sucede, piensa que se trata de una apreciación temporal. La solución puede ser despachar las tareas más urgentes y luego atender las otras, una a la vez. Al terminar, te vas a dar cuenta de que no era para tanto.
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