La seguridad a las afueras del hotel Camino Real, donde se hospeda la Selección Mexicana de futbol, estuvo bien resguardada. (El Universal)
Ciudad Juárez, Chih.- La presencia del Tricolor en la frontera norte de México ilusiona a una población lacerada por la violencia, aunque no todos aspiran a observar el cotejo de hoy martes por la noche, frente a Venezuela, en las tribunas del Estadio Olímpico Benito Juárez.
La realidad propina un mazazo sólido cuando se hacen cuentas con el objetivo de apretar más un cinturón que está a punto de reventar. El anhelo es ver en vivo a ídolos como Rafael Márquez, Guillermo Ochoa y Javier Hernández, entre muchos otros, pero la dura realidad es que no hay recursos económicos para ello.
El costo de los boletos para el encuentro de este día oscila entre los 350 y los mil 500 pesos, cantidades que están fuera del alcance de muchos bolsillos juarenses, por lo que es muy probable que el equipo dirigido por Efraín Flores juegue en un inmueble que presente huecos en las tribunas.
"(La venta) no va muy bien. Todavía quedará una cuarta parte disponible", revela Francisco Ibarra, propietario de los Indios de Ciudad Juárez y principal organizador del evento. "A pesar de que la economía está muy tronada, que los boletos están vendiéndose a cuentagotas, porque la gente no tiene dinero, creo que es extraordinario tener aquí a la Selección".
- ¿Se llenará el estadio?
"Difícil, por la economía de la gente. Es muy complicado vivir aquí. No se diga lo demás...".
El equipo nacional regresa a una de las ciudades más violentas del país casi tres años después de empatar a dos con Nigeria.
Aquella tarde del domingo 14 de octubre de 2007, las poco más de 20 mil localidades disponibles fueron ocupadas, historia que podría no repetirse, pese a la euforia que suele despertar el Tricolor en cualquier parte del país en la que se presenta.
"(Los boletos) están más baratos que hace tres años, pero más caros que en otras plazas, porque el aforo es chico y el costo es muy grande. No es tan accesible como debería ser, no puedo hacerlo más", refuta. "De todos modos, si no se llena, vamos a salir en punto de quiebra, pero la gente no tiene el poder adquisitivo de hace tres años".
"Es un evento caro. Los jugadores cobran bien, además de que son muchos aviones y el costo del rival...".
Pese a todas las vicisitudes, el empresario valora tener en casa a la Selección Mexicana y se da tiempo para subrayar en todo momento "la disposición de Justino [Compeán] y Decio [De María] siempre ha sido ayudar a esta zona del país".
Seguridad
Enmedio de un gran dispositivo de seguridad, la Selección Mexicana de futbol llegó a esta ciudad y de inmediato se trasladó a su hotel de concentración, de cara al duelo de hoy ante Venezuela.
Un importante número de policías federales, todos ellos con armas largas, custodian el hotel del equipo mexicano, ante la desilusión de un centenar de aficionados que se dieron cita en busca de tener contacto con los jugadores.
Este deseo, sin embargo, fue imposible de lograrlo ya que no se les permitió estar cerca del acceso al inmueble y tuvieron que conformarse con ver a los jugadores de lejos.
Javier Hernández sigue siendo el hombre más buscado, principalmente por el sexo femenino, quienes tuvieron que conformarse con un saludo que hizo el jugador del Manchester United desde su habitación.
El equipo trabajó la noche de ayer en la cancha del Estadio Olímpico Benito Juárez para su partido de esta noche.
Desde la última vez que la Selección Mexicana jugó en Ciudad Juárez, hace tres años, 230 mil personas han abandonado la localidad y otras 6 mil 500 más fueron asesinadas por el crimen organizado.