Con voluntad. Verónica quiere que sus hijos tengan educación de calidad para que consigan buenos empleos.
A tres meses de la entrevista anterior, la situación económica no ha cambiado mucho para Verónica López, vendedora de gorditas de 35 años. El negocio no prospera y los embates financieros son cada vez mayores, pues aunque algunos de sus insumos, como el gas, ya no han subido de precio, otros pareciera que no se detendrán.
"La comida está por los cielos, están muy altos los precios y nosotros no podemos ahorita subir la gorda porque hay mucha crisis y de por sí las ventas están flojas, no podemos subirla, ese es el asunto, el aumento en los alimentos está muy alto", expresó.
Su sueldo no ha sufrido diferencia alguna en este trimestre, pues la venta de gorditas no repunta, sin embargo, sus gastos sí se han disparado y los 200 pesos semanales ya no le alcanzan, por lo que ha recurrido con mayor frecuencia a realizar trabajos extras como la costura y la limpieza de casas, además de vender algunas de sus pertenencias como la televisión y su lavadora, porque se le vinieron encima los pagos de la escuela de sus hijos, le incrementaron la renta en la casa y ha subido la cuenta de la luz.
"Mi sueldo es el mismo, pero los precios, a lo que yo tengo que comprar, son más altos, son altos", comentó. Años atrás su sueldo llegó a ser de 500 pesos diarios, cuando los tiempos, dijo, eran mejores.
La principal motivación de esta mujer es brindar educación a sus tres hijos para que tengan más oportunidades de las que ella tuvo y puedan acceder a una mejor calidad de vida.
"El asunto sigue igual de difícil pero hay que echarle ganas, hay que sacar adelante a los hijos, al estudio primero, para que ellos sean alguien en la vida y se puedan defender más que uno", manifestó.
La familia de Verónica ya se olvidó de los domingos en que salían a comer después de ir a la Iglesia, pues sus salidas durante los fines de semana ahora se limitan únicamente a ir al templo y, dijo: "no hay más, refugiarnos en Dios".
Durante las vacaciones de Semana Santa, los hijos de Verónica insistieron en salir a algún sitio cercano pero para ella no era posible, incluso buscó trabajar en las noches, vendiendo comida, para tratar de obtener más recursos. Frente a su negocio se había colocado otro puesto de gorditas, pero ante la baja clientela, ya cerraron.
"La cosa está muy floja, lo que podemos hacer es seguirle echando ganas, si se componga no sé", explicó, "sí quisiera yo (salir de vacaciones) pero no tengo dinero".
Brenda Álvarez, profesionista, señaló que nadie estaba preparado para las condiciones actuales en términos de la crisis económica, pues los sueldos se mantuvieron sin aumento en la mayoría de las empresas pero sí hubo incrementos en impuestos, gastos, productos y servicios.
"Platicando con amigos en el grupo empezamos a notar que el esfuerzo para alargar la quincena es mucho más, que casi nunca lo logramos, se nos ha hecho mucho más pesado, y eso que la mayoría de nosotros estamos solteros, hay gastos que por ejemplo no podríamos llevar o tendríamos que hacer ciertos sacrificios para poder llevarlos", dijo. Ella es directora de Arquitectura, Diseño Gráfico y Diseño Industrial en la Universidad La Salle.
Brenda vive con sus papás y en el hogar cuentan con diversas comodidades, además de servicios como teléfono, Internet y televisión por cable. Los gastos de la casa se reparten entre la familia, pues todos trabajan.
Consideró que la crisis actual le ha perjudicado principalmente en cuanto a su proyecto de cambiarse de casa a una propia, pues anteriormente hubiera podido ahorrar para las adecuaciones necesarias y en este momento no le alcanza con su gasto normal.
Dijo que ha tenido que hacer algunas modificaciones en su vida diaria para ajustarse a la situación. De entrada, ha comenzado a llevar un registro de todos sus gastos para detectar posibles "fugas" de su sueldo, además de planear los gastos y ser más previsora.
"En la cuestión de salidas, si salía unas tres veces a la semana, procurar ahora que sean dos, medir también los gastos, afecta mucho también en la cuestión de viajes, los viajes ya reducirlos, salir mucho menos, antes podíamos ir a conciertos, pláticas, un fin de semana, ahora no", comentó.
La catedrática explicó que en años anteriores era puntual en el cambio de placas pero en lo que va del año no ha podido cumplir con ello porque el dinero parece no alcanzar. De igual manera, el servicio de su coche ya no es en la agencia sino en un taller particular para que sea más económico. "Hay cosas en las que ya te ves forzado a ahorrar, es ir buscando las cosas que sean un poquito más baratas para todo esto", dijo.
En este año, Brenda confía en que el panorama no empeore, pero tampoco espera una mejoría.
"Siendo positiva, nos hace pensar en los gastos superfluos, te vas midiendo, entonces ahora tratas de buscar una o dos cosas que valgan más la pena".
