Alerta. La delincuencia le ha perdido respeto a la Iglesia; el valor de los objetos sacros es mayor en su historia que en cantidad. JOSÉ JUAN TORRES / EL SIGLO DE DURANGO
Los objetos sacros robados están asegurados; los peritos designarán el valor. Lo grave es que en Durango ya comenzó el ataque al patrimonio cultural, opina el INAH.
SIN LÍMITES
Es un daño a los bienes culturales (...) lo que menos importa es el costo sino que estas personas ya se atrevieron a tocar el patrimonio histórico e ingresan a lugares sagrados", exclamó Alberto Ramírez, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Durango (INAH).
Las ocho piezas extraídas de la galería episcopal de la Catedral Basílica Menor de Durango el pasado martes están aseguradas; aún se desconoce el valor de las mismas y por cuánto se cobraría dicho beneficio pues se esperará la deliberación de los peritos que a partir de hoy comenzarán a investigar los hechos. No se puede hacer una cotización aventurada porque se analizará el material y la antigüedad; el único dato certero es que datan de la época colonial.
El Centro INAH interpuso una demanda ante la Procuraduría General de la República (PGR); es la primera vez que se registra este tipo de delito en la entidad, con lo que la institución espera recuperar las piezas. En otros estados se han encontrado, pero es difícil; los infractores se van a otros estados o países, "estas piezas son fáciles de identificar y no cualquier persona las tiene, se pueden identificar".
Los sitios que alberguen objetos históricos necesitan tomar las medidas "prudentes", recalcó Ramírez, por ejemplo, un objeto o pintura del siglo XVI requiere la vigilancia de una cámara. Para evitar daño a los bienes culturales existe la ficha de registro ante el Instituto de Antropología.