A la ciudadanía le preocupa más la escasez de agua potable que los problemas a la salud ocasionados por el arsénico, de acuerdo con una investigación académica.
"A la gente le preocupa no tener agua para bañarse, lavar la ropa, realizar las labores del hogar, entre otras necesidades, y pasa a un segundo plano los afectos en la salud por el arsénico en el agua", dijo Hilda Hernández Alvarado, investigadora de la Red de Innovación en Agua y Recursos Ambientales (RIARA) y la Universidad Autónoma de Coahuila.
El estudio de impacto social se realizó en 2009 con el apoyo financiero del Fondo para el Fortalecimiento de la Ciencia y Tecnología de Coahuila.
En el proyecto también participaron los doctores Ricardo Ramírez y Francisca San Miguel, y tuvo como objetivo trabajar en las zonas rurales más afectadas por las altas concentraciones de arsénico en la década de los ochentas.
Éstas fueron ubicadas en los municipios de San Pedro, Tlahualilo y Francisco I. Madero y comunidades como Finisterre, Lequeitio, La Pinta, y Colón.
"Lo que descubrimos es que a la gente les resulta familiar el tema del hidroarsenicismo pero no tienen información suficiente sobre sus efectos en la salud. Además ven este problema como algo ajeno, como algo que en lo personal no les va a suceder", dijo Hernández.
La conclusión del estudio es que los pobladores afectados por el hidroarsenicismo desde hace dos décadas están más preocupados por la escasez de agua en sus comunidades.
Actualmente Torreón tiene graves problemas de hidroarsenicismo, ya que 24 pozos de Simas rebasan la Norma Oficial Mexicana de 0.025 miligramos por litro.
