En 1977 al morir el dictador Francisco Franco, la situación político-social de España era grave, los partidos políticos creaban sentimientos encontrados; el país carecía de un marco legal adecuado; la monarquía y el Gobierno carecían de autoridad en la población; el retorno a la dictadura era meditado; la pobreza y el desempleo acechaban por doquier; el país tenía una balanza comercial desfavorable; una inflación galopante; una economía con falta de competitividad y una crisis generalizada de confianza en las instituciones nacionales.
Pero en octubre de 1977, convocados por Adolfo Suárez, los españoles tuvieron la inteligencia de acordar -con los Pactos de la Moncloa- un gran acuerdo nacional de todas las fuerzas políticas, económicas, sociales y la monarquía, que no fue otra cosa que un llamado a la unidad para enfrentar la crisis... y salir de ella.
Los Pactos de la Moncloa fueron un vasto compromiso de transición democrática pactada, donde predominó el espíritu de patria, donde se privilegió el acuerdo, donde los actores políticos españoles respondieron a la ineludible necesidad de apuntalar una democracia que se veía amenazada por la ingobernabilidad y el regreso de la dictadura.
Su aspecto más positivo fue la reconciliación nacional, constituyendo una respuesta inteligente para superar la confrontación, el encono, la insidia, la violencia, el retraso y engancharse exitosamente a la competitividad que el mundo moderno exige.
Los pactos de la Moncloa le dieron causa y cause a una España moderna, sus frutos se sintieron inmediatamente y se notan ahora con una madre patria competitiva, democrática, unida y exitosa en muchos renglones de la vida política, social, económica, cultural; el deporte uno de ellos, en donde además de ser campeones en la Eurocopa, lo son también en la pasada Copa del Mundo en Sudáfrica, destacan en basquetbol, ciclismo, tenis, automovilismo, atletismo, etc.
Los políticos mexicanos deberían aprender la lección de España y buscar establecer un Gran Acuerdo Nacional para la Reconciliación que multiplique nuestras coincidencias y nos avenga como hermanos, que nos lleve no a ver la política igual -y con ella sus problemas y soluciones- sino hacia el mismo rumbo, en el mismo sentido.
La alternancia democrática a la que arribamos con Fox sólo ha dejado un compás de espera en nuestra incipiente democracia, seguimos igual que antes del 2000, caminamos sin acuerdos, continuamos con el autoritarismo que tan acremente criticaban, las grandes reformas estructurales continúan empantanadas en el Congreso, con una política nacional llena de improvisaciones, contradicciones e incertidumbre.
Mientras nuestros políticos nacionales pierden el tiempo con infructuosas luchas y confrontaciones innecesarias, otros países avanzan más rápido, en la economía mundial y con ella en la generación de empleos.
Lamentablemente nuestros políticos en pleno Centenario y Bicentenario de dos gestas heroicas, no han entendido que "La patria es primero" y seguimos con una política que refleja insuficiencias, atrasos, lagunas y vacíos que se proyectan en una economía que se rezaga cada vez más perdiendo competitividad.
Una vez pasados los 15 procesos electorales -y antes de que el 2012 nos confronte una vez más- requerimos políticos incluyentes, que construyan puentes entre Gobierno, sociedad y medios, que fortalezcan el andamiaje institucional para que le den sustentabilidad a nuestra democracia y viabilidad a nuestra gobernabilidad.
A nuestros líderes partidistas nacionales les ha faltado entender, que el mundo exige competitividad, que refleje la habilidad de cada estado para crear en un ambiente de unidad, concordancia y paz, valores individuales y colectivos que den prosperidad a la ciudadanía.
Lo anterior me recuerda cuando llegó con el campesino de allá mesmo, un líder partidista:
-Vengo precedido por tu fama a solicitarte un consejo, fíjate que como soy presidente de un partido político nacional, me preocupa una cosa: ¡me saluda mucha gente y no la conozco!
-Preocúpate -respondió el viejo filósofo- ¡cuando no te saluden los que conoces!
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