La inflación en México se estabilizará en el segundo trimestre, tras el salto del primero, pero de nuevo repuntará en la segunda mitad de 2010, para alcanzar una tasa anual de 5.3 por ciento en diciembre, estimó BofA Merrill Lynch Global Research (BofAML).
En un análisis, apuntó que el alza de impuestos y precios públicos, junto a precios de materias primas más elevados y volatilidad en los costos de productos agrícolas, alimentan las presiones inflacionarias este año.
A finales del primer trimestre, la inflación general casi alcanzó un 5.0 por ciento anual, pero tras este salto espera que se estabilice en el segundo trimestre, ante una posible baja en precios de productos agrícolas, mientras que las mercancías se beneficiarán de la tendencia actual de apreciación del peso mexicano.
'Esperamos que la inflación mantenga una continua tendencia al alza hacia finales de año, en parte como resultado de un efecto base adverso -la inflación anual cayó 217 puntos base a 3.5 por ciento en diciembre de 2009 desde 5.74 por ciento en junio de 2009', añadió. Recordó que en la segunda mitad de 2009, no sólo el componente volátil de la agricultura ayudó a bajar la inflación general, también el Gobierno mexicano mantuvo los precios de la gasolina congelados hasta finales de diciembre.
'Por lo tanto, esperamos que la inflación llegue a un pico a finales de 2010, al alcanzar una tasa anual de 5.3 por ciento antes de seguir una tendencia gradual hacia abajo en 2011', proyectó.
BofAML consideró que aún no se han presentado las condiciones para que el Banco de México (Banxico) empiece un ciclo de alza en la tasa de fondeo, pese al reciente repunte de la inflación.
Línea anual
Las expectativas de inflación moderadas, una pausa en Estados Unidos y condiciones monetarias ligeramente más ajustadas, conforme continúa la tendencia de apreciación del peso mexicano, permitirán que Banxico pueda retrasar sus alzas de tasas hasta el último anuncio de política monetaria de este año. La institución financiera pronosticó un alza de 25 puntos base en la Junta de Gobierno del Banco de México de noviembre, llevando a la tasa de fondeo a 4.75 por ciento.