En el tiempo que se supone estamos saliendo de la crisis mundial, independientemente de la solución en Europa, ha sido el momento ideal para hacer énfasis hacia la crítica de las instituciones financieras mundiales que desde luego impactaron en la economía real; ésta es la época de cuestionar de alguna manera al sistema capitalista que actualmente nos rige.
Sin embargo el actual sistema económico sin duda sobrevive y está en un período de prueba por el tiempo que transcurra para su recuperación que desde luego se tendrá que experimentar un enfoque diferente en los negocios; prevalece el hecho de que la globalización es un proceso deseable y necesario, ya que esto permite la libre competencia y la eficiencia marca la diferencia entre los países que luchan por la competencia.
He mencionado con frecuencia mi excepticismo para los Foros Internacionales como el que está por iniciarse la próxima semana en la reunión llamada del grupo G-20 en Toronto, sólo que en esta ocasión los dirigentes de las mayores economías mundiales tendrán que enfrentar y sobre todo decidir aspectos que ya son insoslayables, tales como: los incentivos económicos y fiscales que cada país otorgó, la manera en que los están retirando, la reducción del déficit de los diversos países y la forma de que puedan disminuirlo; al margen de los aspectos económicos tendrán que abordar también el tema ecológico ya que el derrame de crudo en el Golfo de México ha motivado una alerta mundial sobre este tema, además el problema bélico que se está agudizando en Afganistán y el escenario sombrío de Norcorea que se refleja como una amenaza de dimensiones insospechables.
Otro ingrediente que no se puede evitar entre las potencias asistentes a esta reunión es la reciente medida de China, a favor de fijar una nueva moneda de referencia mundial por parte de dicho país; esto sugiere que la crisis expuso los peligros de apoyar el sistema internacional de pagos basados en la moneda de un solo país, la forma sorpresiva de expresarlo indica la importancia de esta medida y que va dirigida a todo el mundo.
Desde luego que está matizada en forma enigmática cuando mencionan que la eventual nueva moneda debería utilizarse para el comercio, el valor de materias primas y la misma contabilidad en las empresas o sea que esta reunión vale la pena seguirla porque tendrán que definirse las posiciones de los países participantes.
Es indudable que el esquema en torno a la globalización debe modificarse, los errores del reciente pasado han brindado escasos consejos a dónde debe de conducirse en el futuro la economía mundial, se requiere un enfoque diferente ante la necesidad de continuar con la estabilización, la privatización y la liberalización; algunas determinaciones pueden dar lugar a diferencias importantes a la hora de catalogar lo que hay que hacer analizando los recientes errores que se cometieron: la falta de atención a los fundamentos de una economía de Mercado, desde las instituciones financieras hasta las empresas privadas y los propios Gobiernos, ya que la competencia desigual por sí misma, ya que nos ha mostrado que se requieren reglas claras y responsables para un proceso financiero y mercantil independiente y honrado.
