Costoso. Hay tratamientos dentales correctivos que son inaccesibles para el mayor porcentaje de la población en México. JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ / EL SIGLO DE DURANGO
Con frecuencia, el grueso de la población no se atiende padecimientos dentales argumentando falta de dinero. Y es que "la restauración siempre es más cara que la prevención", admite Roberto Valencia Hitte, catedrático de la Universidad Tecnológica de México.
Dijo que esto no sería un problema si se privilegiara la prevención, "no tendría por qué ser tan caro, desgraciadamente cuando el problema llega a grados extremos es imposible que sea barato, si es barata es mutiladora, es decir, termino eliminando piezas más no restaurándolas".
Un implante, explicó, puede llegar a costar en México desde mil hasta cinco mil dólares, es decir, de 12 a 65 mil pesos, aproximadamente, "algo inaccesible para la gran mayoría de la población".
CUESTIÓN DE CULTURA
Contrario a lo que se pudiera pensar, en países desarrollados como España, la incidencia de problemas dentales es similar a la que se registra en México, en donde 95% de la población tiene enfermedades bucales. "A pesar de ser un país desarrollado, la cultura en lo que respecta al aseo de la boca no está muy manifestada", admitió el periodoncista Óscar Rodríguez Esteves, que ejerce en aquel país.
Allá los pacientes tienen un mayor poder adquisitivo pero no se atienden, "muchas veces preferimos gastar el dinero en cambiar de coche, o comprar algo para la casa antes de pensar en la salud bucal y vamos postergando hasta que hay dolor".
"Más que el presupuesto es la cultura (...) cuesta mucho más barato un cepillo dental que una soda y de repente un paciente se toma cuatro al día", opinó el presidente de la Asociación Dental Mexicana, Jaime Edelson Tishman.