Foto: LA I
Fue un año de Gobierno accidentado. En este primer año de Eduardo Olmos Castro como alcalde de Torreón, predominaron los señalamientos por la falta de obra pública, la nómina abultada mes con mes, los problemas presupuestales se impusieron y también la opacidad en la rendición de cuentas.
Las críticas hacia su equipo de colaboradores, desarticulado y con los perfiles equivocados en los puestos que se les dieron sólo por cumplir los compromisos políticos, se convirtieron en la carga más pesada, que al término de este primer año, dejó secuelas negativas en la percepción ciudadana hacia el Gobierno priista que arribó, tras siete años de que el PAN gobernó Torreón.
Fueron los funcionarios los responsables de diversos escándalos que en estos meses dieron armas a la oposición para enfilar sus críticas, una y otra vez.
El primer problema "saltó'' desde los primeros días de enero cuando se exhibió que los recibos de cobro de agua potable del Simas traían en el reverso como domicilio fiscal, el mismo del despacho particular del tesorero Pablo Chávez Rossique, le siguió la crisis de seguridad y sobre todo falta de recursos.
Enroques
El alcalde Eduardo Olmos dará a conocer los primeros cambios de su Gobierno luego del día 15 de diciembre y al terminar la entrega de aguinaldos a los empleados.