El nuevo líder de Al-Qaeda en Irak advirtió el viernes a los chiítas que les esperan ''días oscuros empapados de sangre'' y que está en curso una nueva campaña de ataques.
El nuevo líder de Al-Qaeda en Irak advirtió el viernes a los chiítas que les esperan ''días oscuros empapados de sangre'' y que está en curso una nueva campaña de ataques.
A horas de la advertencia, un carro-bomba estalló afuera de una mezquita chiíta en una localidad al sur de Bagdad y dejó 20 heridos entre los feligreses que salían al terminar las oraciones del viernes, dijo la policía.
Apenas unos días antes del aviso, Irak fue devastado por el peor ataque del año, una serie de atentados coordinados con bombas y asesinatos que mataron a 119 personas _en su mayoría chiítas y miembros de fuerzas de seguridad_ en diez ciudades.
El grupo insurgente Estado Islámico de Irak (ISI en inglés) , nombró a al-Nasser Lidín Alá Abú Suleiman como su nuevo ministro de guerra, en reemplazo del egipcio Abú Ayub al-Masri, muerto en abril en un ataque de soldados estadounidenses e iraquíes a una casa escondite. El ISI cuenta a Al-Qaeda como uno de sus grupos miembros.
''Esperen largas noches tristes y días oscuros empapados de sangre'', dijo Abú Suleiman, en un mensaje a los ''renegados politeístas'' de Irak, un insulto hacia los chiítas que es común entre extremistas sunitas. ''Lo que les está ocurriendo en estos días es apenas una llovizna'', agregó, en un mensaje escrito publicado el viernes en sitios de internet de los insurgentes.
Una de las mayores disputas doctrinales entre sunitas y chiítas se remonta a los primeros tres líderes de la comunidad musulmana después del profeta Mahoma. Los chiítas los rechazan por considerarlos ilegítimos.
Ataques de Al-Qaeda a lugares sagrados chiítas en el 2006 hundieron al país en un ciclo sangriento de represalias sectarias. Cierta calma frágil, empero, ha regresado a Irak en los últimos dos años.
Existe temor de que con la nueva ola de ataques, mayormente contra chiítas, al-Qaida busque provocar una reacción violenta contra los sunitas y reiniciar esos choques sectarios, que llevaron al país al borde de una guerra civil.
La policía de la capital regional de Hillah dijo que la explosión del viernes ocurrió en el área de Jabalah, a 80 kilómetros (50 millas) al sur de Bagdad, en una zona de mayoría chiíta. Un funcionario que pidió no ser identificado señaló que tres de los heridos estaban graves y advirtió que la cifra de víctimas podría aumentar.
El auto-bomba estaba estacionado a sólo nueve metros de la puerta principal de la mezquita, agregó el funcionario.