Este jueves, la FIFA decidirá las sedes de los mundiales de 2018 y 2022; Japón apuesta por albergar la segunda con un despliegue tecnológico que incluye reproducir partidos en otros estados con jugadores holográficos. El futuro es ahora.
Entre los materiales de presentación de la candidatura japonesa se encuentra un video en donde un niño se comunica con otro gracias a un traductor instantáneo colocado en su oreja. Tienen gafetes electrónicos que los ayudan a localizar las entradas a los estadios y una vez que están allí ven un partido de futbol virtual:
En un estadio repleto, pudiera ser en México, la cancha se ilumina y aparecen en ella 22 hologramas que representan a los jugadores que disputan ese mismo partido a kilómetros de distancia. La multitud enloquece.
Japón llamó a su propuesta 208 sonrisas, pues la intención es replicar con hologramas los partidos del Mundial a 208 ciudades diferentes. Los nipones esperan lograrlo gracias al Full Court 3D Vision, que es un sistema de cámaras de alta definición que captará la acción en la cancha y podrá reproducirla en dispositivos para tercera dimensión en otros países.
Estas reproducciones en tercera dimensión podrán verse en otros estadios sin necesidad de lentes especiales.
El país del sol naciente también promete un sistema de cámaras llamado Free view point, que presume captar la acción en el campo desde ángulos muy cercanos a los jugadores.
Otra de las propuestas es un generador de electricidad con base en el ruido; convertiría las porras y gritos de los aficionados en energía que alumbre los estadios.
La propuesta fue presentada a la FIFA en una caja con un Play Station Portátil y un libro que despliega 208 sonrisas de niños.
Japón compite con Australia, Corea del Sur, Qatar y Estados Unidos por obtener el derecho a ser anfitrión del Mundial del 2022 y en caso de ganar, el país oriental volvería a albergar una Copa del Mundo veinte años después de Corea - Japón 2002, aunque esta vez lo haría en solitario.