El problema que significa la presencia ancestral de arsénico en el agua del subsuelo de la Comarca Lagunera, ha hecho crisis en los últimos días, en virtud de la aparición de un alto contenido de este contaminante en la red del Sistema de Aguas y Saneamiento de la ciudad de Torreón.
A los cuestionamientos hechos sobre el particular, el alcalde Eduardo Olmos manifiesta que la administración a su cargo no hará monitoreo alguno sobre la presencia de arsénico en el agua que distribuye el Simas y que en cambio, dedicará los esfuerzos de su administración a poner remedio al problema.
La postura del alcalde no tiene lógica. Para resolver un problema lo primero que se tiene que hacer es un diagnóstico para conocer las causas y la dimensión del reto y sobre esa base, proponer una o varias soluciones.
Por otra parte los tiempos que corren, exigen una comunidad informada y atenta a las cuestiones que le incumben, como presupuesto de una participación activa en los procesos de solución, indispensable para que el gobierno pueda cumplir su cometido de satisfacer la necesidad colectiva de que se trata.
Por eso el monitoreo ambiental permanente y la publicación de sus resultados entre los ciudadanos sobre la calidad del agua que distribuye el Simas, son indispensables para atender a la solución del problema y la autoridad está obligada a informar al respecto, por lo que la increíble respuesta del Alcalde Olmos al tema del arsénico en el agua resulta evasiva, en la medida en que no es posible una solución, sin un previo diagnóstico.
Otra postura también evasiva sobre el problema asume la diputada local Verónica Martínez, que asegura que es costoso e innecesario gastar recursos en la eliminación del arsénico en la totalidad del agua que distribuye Simas combatiendo el problema desde su origen, en los pozos de extracción, a partir de una ingeniería de protección de los mantos freáticos para elevar su nivel.
La legisladora propone la distribución subsidiada de filtros que se instalarían en el interior de las viviendas, que como paliativo funcionaría un corto tiempo, ya que si no se atiende el problema del abatimiento de los mantos freáticos, la concentración del arsénico irá en aumento hasta hacer el agua intolerable hasta para regar las plantas y lavar la ropa.
La propuesta de la Diputada, con los antecedentes de un Gobierno Estatal que mantiene el control electoral a partir de obsequios clientelares, constituye el anuncio de lo que será el próximo reparto de los "filtros de agua de la gente".
Esta clase de presuntos regalos que van desde zapatos y condones hasta tinacos, a fuerza de no exigir nada a cambio salvo estar inscrito en un determinado padrón que pueda ser manipulado en tiempos de elecciones, fomentan una relación de dependencia abyecta de la población, reduce al ciudadano a la condición de súbdito y nos mantiene en el subdesarrollo. En rigor tales regalos supuestos sólo son gratuitos para el Gobierno que los reparte según el principio "como veo, doy", pero resultan onerosos para el pueblo que los paga con sus impuestos.
El problema del arsénico en el agua en Torreón además de alivios de acceso inmediato, exige un seguimiento puntual de cara al pueblo que debe realizarse con la participación de ambientalistas no gubernamentales, en busca de soluciones de mediano y largo plazo, como puede ser la protección de los mantos freáticos y la potabilización de agua del Río Nazas.
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